Se cumplen las peores previsiones. La reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Casado ha terminado sin acuerdos. Tras algo menos de hora y media de conversación, ambos dirigentes han salido con las manos vacías. Sobre el papel, dispuestos a llegar a acuerdos, pero en la práctica sin ningún acercamiento tangible porque lo propuesto por el líder conservador constituye una enmienda a la totalidad de la estrategia actual del Gobierno que llega, además, con las elecciones vascas y gallegas en el horizonte de abril.

El líder del PP ha ofrecido al presidente su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado si rompe la mesa de diálogo fundada con ERC, apoya la inhabilitación de Quim Torra, anula el nombramiento de Dolores Delgado como fiscala general del Estado y abandona su idea de modificar el delito de sedición en el Código Penal. El Gobierno considera que esas condiciones significan que el PP sigue "instalado en el bloqueo", en una "actitud negacionista" y "obstruccionista".

La portavoz gubernamental, María Jesús Montero, ha explicado tras el encuentro la "decepción" por los planteamientos de Casado, que considera "profundamente irresponsables". El Ejecutivo desestima totalmente la petición del líder popular de abandonar el diálogo con Cataluña y manifiesta su firme compromiso de avanzar en el entendimiento. "El señor Casado pide al señor Sánchez que no dialogue con Cataluña pero no aporta ninguna solución y se instala en el 'no' por sistema", ha lamentado Montero.

Casado ha subrayado que, con unos nuevos Presupuestos, Sánchez puede alargar su Gobierno como mínimo "tres años". Según el líder de la oposición, el que ha virado, el que se ha "radicalizado" con sus socios de Bildu es Sánchez. Por eso, ha apuntado, si el presidente del Gobierno vuelve "a la moderación, a la centralidad", encontrará al PP. "No puede pretender que vayamos nosotros a su encuentro, al extremo", ha continuado. "No puedo limitarme a la crítica y quedarme de brazos cruzados durante unos meses o varios años", ha añadido tratando de resaltar su mano tendida.

Pablo Casado acude a Moncloa con pocas esperanzas de alcanzar acuerdos

Pablo Casado acude a Moncloa con pocas esperanzas de alcanzar acuerdos

El presidente del Gobierno y el líder del PP están reunidos desde las 12.00 horas en Moncloa. Vídeo: Agencia ATLAS

"En su propia retórica se ha puesto de manifiesto que todo son palabras huecas. Uno no puede pretender imponer los Presupuestos al Gobierno", ha lamentado Montero. En su opinión, no es cierto que Casado haya tendido la mano para la estabilidad de este Gobierno. "No tiene ningún interés en contribuir al interés de España y el interés general", ha denunciado. "Todo son palabras huecas. No puede pretender imponer el proyecto de Presupuestos al Gobierno", ha protestado Montero.

En la cita, ambos dirigentes también tenían sobre la mesa la renovación pendiente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Tribunal de Cuentas, Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo o CRTVE. Según Montero, el líder del PP ha tomado como "rehenes" estos órganos constitucionales a cambio de pedir una rectificación total de la estrategia con el independentismo catalán. "Ningún poder puede estar supeditado a otro (...) El PP está con las mismas exigencias que cuando estábamos pendientes de conformar ese Gobierno. Hacemos un llamamiento para que se mueva y sea útil para los ciudadanos", se ha quejado la ministra.

Casado, por su parte, solo ha concretado que ha habido acercamiento para avanzar en un pacto de pensiones y en educación. Montero lo ha desmentido y ha asegurado que el líder de la oposición "no ha dado ninguna garantía" sobre la actitud en las reuniones del Pacto de Toledo, que se retoman este martes en el Congreso de los Diputados. "Ni siquiera en este apartado no ha habido ningún compromiso concreto que nos permita saber qué ritmos y tiempos maneja el PP", ha asegurado.

210 diputados

Sánchez (120 diputados) necesita al PP (89) y a la coalición entre populares y Ciudadanos, Navarra Suma (2), para alcanzar la mágica cifra de 210 parlamentarios que permiten renovar solos esas instituciones.

En concreto, el órgano de gobierno de los jueces lleva casi un año sin renovarse. Su mandato, de cinco años, caducó en diciembre de 2018. Hace un año, PP, PSOE y Podemos llegaron a pactar para su Presidencia al magistrado del Tribunal Supremo, pero acabó renunciando después de que se filtrara un mensaje del entonces portavoz en el Senado, Ignacio Cosidó (PP), presumiendo de que, con este juez al frente del CGPJ, se podría controlar la Sala Segunda del alto tribunal "desde detrás".

La última vez que se vieron ambos dirigentes fue en el Congreso de los Diputados, en diciembre, cuando Sánchez tenía ya muy avanzado el pacto con Podemos para su investidura.