Una granada explotó ayer sin causar víctimas tras sobrevolar el aeropuerto civil de Zaragoza e impactar contra el suelo en una zona limítrofe con un polígono contiguo, poco después de un aviso de atentado en nombre de ETA que dio tiempo a evacuar la zona.

El delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, explicó que el proyectil, uno de los dos colocados por ETA para este atentado, recorrió entre 1.200 y 1.300 metros antes de impactar junto a la verja que separa el aeropuerto de la Plataforma Logística de Zaragoza (PLAZA), un gran centro de distribución de mercancías.

La granada, munición militar del tipo Mekar disparada por un tubo con temporizador, sobrevoló las instalaciones hasta casi sobrepasarlas, dijo el delegado, quien aseguró que "no hubo riesgo en ningún momento" porque ya habían sido evacuadas. La evacuación siguió a la llamada recibida hacia las 11.00 horas en el diario Gara y la asociación de ayuda en carretera DyA advirtiendo, en nombre de ETA, de la explosión de varios artefactos en el aeropuerto, que se produciría entre las 12 y las 14 horas.

La granada impactó finalmente a las 12.03 horas, según Interior, que concretó que en torno a esa hora los especialistas de la Policía y la Guardia Civil localizaron la plataforma metálica desde la que había sido lanzada, en una zona de maleza a unos 300 metros al norte del aeropuerto. En esa plataforma, había dos tubos de PVC de 1,2 metros de largo y 90 milímetros de diámetro, uno de ellos con su carga en el interior: otra granada tipo Mekar que fue desactivada por los especialistas en explosivos.

Las fuerzas de seguridad hallaron también dos temporizadores "con capacidad para un año", precisó el ministerio, que informó de que la explosión tuvo lugar en una zona "próxima" pero "exterior a las instalaciones aeroportuarias".

Fuentes de la investigación dijeron que la granada abrió un cráter de metro y medio de diámetro en un terreno baldío al norte del aeropuerto, fuera de su perímetro. La granada que se disparó no fue localizada hasta las 18:05 horas.

Los datos del temporizador utilizado indican que los artefactos pudieron haber sido colocados hace varios días, añadió el delegado.

Por el tipo de arma utilizado, no es obra de un "novato", dijo Fernández, quien consideró que puede tratarse de la acción de comandos itinerantes de ETA. "No creemos que tengan infraestructura fija en Zaragoza", añadió. Los artefactos estaban "preparados perfectamente para hacer daño", aunque "no hubo riesgo en ningún momento", insistió.

El general jefe de la octava zona de la Guardia Civil, Antonio Fernández, afirmó que al encontrarse las lanzaderas en una zona de mucha vegetación, próxima al Canal Imperial, los expertos en desactivación tuvieron que aproximarse con "cautela". Los miembros de ETA "son asesinos y no nos fiamos", destacó.

Las fuerzas de seguridad hicieron una "batida muy importante" en las instalaciones del aeropuerto e inmediaciones, por lo que el delegado del Gobierno concluyó que "con toda seguridad no hay más lanzagranadas, ni trampas".

Un desvío y varias cancelaciones

El atentado, del que hubo versiones confusas y contradictorias, obligó al avión de Ryanair procedente de Londres que tenía previsto aterrizar a las 13.05 horas en Zaragoza a hacerlo en la base aérea militar contigua. El vuelo de retorno a Londres de esa compañía se mantuvo programado y despegó finalmente a las 15.30, con dos horas de retraso y desde las pistas del aeropuerto civil.

El resto de los vuelos previstos ayer, dos llegadas y dos salidas con destinos a Madrid y Fráncfort, fueron cancelados por la compañía Air Nostrum, que mantuvo la cancelación tras anunciarse la reapertura del aeropuerto a las 15 horas.

El centenar de trabajadores del aeropuerto y las más de 150 personas que esperaban para coger un vuelo o recibir a viajeros relataron que habían escuchado la explosión, que uno de ellos describió como "dos tiros de escopeta de cazador", justo cuando estaban siendo evacuadas en autobuses a la contigua base militar, en un ambiente de gran desconcierto.