El ministerio argelino de Asuntos Exteriores negó este lunes que haya informado a la Misión de Naciones Unidas en el Sáhara Occidental (Minurso) de que exista un alto riesgo de ataques yihadistas y secuestro de extranjeros en los campos de refugiados saharauis y en particular en las áreas próximas al muro de separación con Marruecos.

En declaraciones a la agencia estatal de noticias APS, el portavoz del ministerio, Abdelaziz Benali-Chérif, calificó de "falsas e infundadas" las informaciones a este respecto publicadas en medios de otros países, y aseguró que "han sido manipuladas con el objetivo evidente de perjudicar a Argelia, a su pueblo y a sus instituciones".

"El momento elegido por los medios y sus patrocinadores está lejos de ser fortuito dado el contexto regional, incluida la proximidad de algunos asuntos importantes", agregó el portavoz en la misma linea que han argumentado los propios saharauis para calificar la alerta de "interesada".

Esta mañana, una fuente de Seguridad argelina, que prefirió no ser identificada, había asegurado a diversos medios locales y extranjeros que el Gobierno de su país había remitido una carta en la que advertía del riesgo y le transmitía una serie de recomendaciones para que extremaran la seguridad de su personal desplazado en la zona, información que coincidía con una alerta dada por el Ejecutivo español días antes.

La fuente citó una "información relacionada con planes para el secuestro de extranjeros de los campos de refugiados y áreas al este del muro de arena, y el establecimiento de un plan criminal contra intereses en los campamentos" establecidos en 1975 en un área del desierto argelino al este de la ciudad de Tinduf.

El Gobierno recomienda "detener cualquier movimiento después de las 22:00 horas, excepto en casos de emergencia. Cualquier movimiento después de esa hora debe estar bajo escolta, cumplir con los procedimientos y protocolos de movimiento establecidos o seguir los procedimientos establecidos para estacionar vehículos de la ONU", afirmó.

La seguridad en el interior de los campamentos de refugiados, en los que viven más de 150.000 personas, es competencia del Frente Polisario, mientras que el perímetro exterior depende del Ejército argelino.

El miércoles pasado, el Gobierno español lanzó una alerta, que dijo sostenida en información de servicios secretos extranjeros, en la que sugería a los ciudadanos de su país que se abstuvieran de viajar a los campamentos de refugiados saharauis ya que según la misma eran objetivo preferente de los grupos yihadistas que actúan en el sur de Argelia.

La alerta fue calificada de "injustificada" por la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) -reconocida por cerca de un centenar de países-, que la relacionó con la visita del ministro de Exteriores marroquí a Madrid, ocurrida el mismo día, y con la celebración el próximo 18 de diciembre del congreso del Frente Polisario, que tendrá lugar en la ciudad liberada de Tifarit, próxima al muro.

Durante el congreso, el primero desde la muerte del histórico presidente saharaui, Mohamad Abdelaziz, se prevé que el Frente Polisario vote a favor de cambiar la relación con Marruecos y sustituirla por una mucho más beligerante y hostil.

Marruecos y el Polisario firmaron un acuerdo de alto el fuego que puso un punto y aparte a la guerra iniciada en 1975 después de que las tropas marroquíes ocuparan los territorios de la antigua colonia española del Sahara Occidental, rica en fosfatos y pesca.

La tregua incluía la convocatoria de un referéndum de determinación que a día de hoy no se ha celebrado aún, en gran parte por los obstáculos que pone Marruecos con respecto al censo.