El soberanismo catalán ha vuelto a protagonizar una multitudinaria movilización en Barcelona, para exigir la libertad para los líderes independentistas condenados por el Tribunal Supremo y para reclamar al Govern y al Parlament una "respuesta política" que esté "a la altura del momento".

La cifra total de asistentes a la manifestación, de dos kilómetros y medio a lo largo de la calle Marina, ha sido motivo de polémica entre las entidades organizadoras y el Ayuntamiento de Barcelona.

Según la Guardia Urbana, la movilización convocada bajo el lema "Libertad" ha congregado a unas 350.000 personas -por debajo de las 525.000 que calculó en la manifestación de la semana pasada-, cifra que el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, ha considerado "inadmisible" y "una vergüenza" y que ha atribuido al teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento, Albert Batlle, que milita en Units per Avançar y está integrado en el grupo municipal del PSC.

"Pediremos explicaciones", ha asegurado Mauri, que ha recordado que el 11 de noviembre de 2017 el soberanismo también llenó la calle Marina para protestar por el encarcelamiento de los líderes del procés, y entonces la Guardia Urbana habló de 750.000 personas.

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Manifestación en Barcelona contra la sentencia del 'procés'

La manifestación ha reunido al conjunto de fuerzas independentistas, desde JxCat y ERC hasta la CUP, y a ella han acudido, entre otros, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el presidente del Parlament, Roger Torrent.

"Iremos tan lejos como el pueblo de Cataluña quiera", ha dicho Torra al inicio de la marcha. "Hoy volveremos a demostrar que aquello que une a la mayoría de la sociedad catalana es la libertad, la amnistía y el referéndum, y que no pararemos hasta conseguirlo", ha asegurado a su vez Torrent.

Pese a que la ANC, Òmnium y el resto de entidades convocantes habían hecho una apelación también a los "no independentistas" a unirse a la movilización para protestar contra la sentencia del procés, la cúpula de los comunes no ha estado presente y solo se han visto dirigentes a título individual, como la portavoz de Catalunya en Comú Podem en el Parlament, Susanna Segovia.

Al final de la manifestación, desde el escenario instalado junto a la avenida Icària, representantes de las entidades organizadoras han leído un manifiesto en el que, además de reivindicar la "unidad" y el carácter "no violento" del movimiento independentista, han exigido al Govern y al Parlament que den "urgentemente una respuesta política e institucional a la altura del momento histórico".

"Ante este ataque sin precedentes en democracia", señalaba el manifiesto, hacen falta desde las instituciones "propuestas políticas que recojan el clamor" de las manifestaciones.

Los manifestantes han exhibido numerosas banderas 'estelades' y pancartas con eslóganes como "La prisión no es la solución", "Basta de represión", "Amnistía" o "Spain, sit and talk" ("España, siéntate a hablar") y, al final de los parlamentos, cuando ya oscurecía, muchos han encendido sus móviles para proyectar luz, como se hizo en la movilización de noviembre de 2017.

"Gracias a todos los que hoy de manera masiva, pacífica y reivindicativa habéis hecho oír vuestra voz para defender la libertad de los presos políticos, el derecho a la autodeterminación y la independencia de Cataluña", ha escrito desde Twitter el exconseller preso Jordi Turull.