El presidente de la Asamblea de Madrid, Juan Trinidad (Ciudadanos ha convocado para el próximo 10 de julio un pleno de investidura sin candidato, tras constatar que los dos aspirantes que se habían postulado, Ángel Gabilondo (PSOE) e Isabel Díaz Ayuso (PP), no reúnen los apoyos suficientes, aunque siguen teniendo plazo hasta ese día para tratar de conseguirlo.

Trinidad ha tomado esta decisión tras completar, entre ayer y hoy, una ronda de contactos con representantes de los seis grupos parlamentarios de la Cámara regional.

Cabe la posibilidad de que, desde ahora hasta el día 10 de julio, el presidente de la Asamblea constate que un candidato tiene una mayoría suficiente y este presentase su programa de Gobierno y se sometiese a una votación de investidura.

En cualquiera de los dos escenarios, con una investidura fallida se comenzará a computar el plazo de dos meses tras los que, si ningún candidato la consigue, de inmediato se convocarán nuevas elecciones.

El PSOE fue la fuerza más votada en los pasados comicios pero la suma del bloque de la izquierda, con los votos de Más Madrid y Unidas Podemos, no le permitiría alcanzar una mayoría absoluta.

En situación similar se encuentra Díaz Ayuso, que sólo cuenta, por el momento, con los votos de Ciudadanos, después de que Vox condicionara su apoyo a un acuerdo de mínimos a tres bandas que incluya a las tres formaciones.

"No vamos a apoyar ninguna investidura porque no hemos llegado a un acuerdo con nadie", dijo ayer la candidata de Vox, Rocío Monasterio, que este martes no ha comparecido.

Tras entrevistarse con el presidente de la Cámara regional en el marco de la ronda de contactos, la candidata del PP ha pedido a Ciudadanos y a Vox que aparquen "sus supuestas diferencias" para poder llegar a un acuerdo.

"Mis síes (por parte de Ciudadanos y Vox) están en camino", ha dicho Díaz Ayuso, que ha subrayado que está en disposición de ofrecer a ambas formaciones un documento "perfectamente firmable" porque las propuestas de unos y otros, ha afirmado, "encajan perfectamente".

Mientras el candidato de Ciudadanos, Ignacio Aguado, ha pedido "más tiempo" para buscar una mayoría al tiempo que persistía en su intención de no negociar con Vox, la aspirante popular ha subrayado que ambos se sientan "cada día" en una mesa, la de la Asamblea, para abordar las iniciativas que se debatirán en la Cámara, por lo que "no puede ser una excusa" para no negociar.

Por su parte, Gabilondo había conseguido garantizar, según ha transmitido a Trinidad, el apoyo de Más Madrid y Unidas Podemos, pero tanto el PP como el Ciudadanos y Vox habían manifestado su intención de votar contra él, por lo que su candidatura habría estado, previsiblemente, abocada al fracaso.

El socialista ha defendido hoy, tras reunirse con el presidente de la Asamblea, que debía ser candidato a la investidura por ser quien más apoyos aglutina, pese a no alcanzar la mayoría absoluta.

A su vez, el candidato de Más Madrid, Íñigo Errejón, había sugerido a Ciudadanos que cediera "tres votos" para permitir la investidura de Gabilondo, ya que ello bastaría para "desbloquear" el inicio de la legislatura sin que Cs tenga que ceder al "chantaje" de Vox.

Errejón ha declarado, incluso, que no tendría problema a renunciar a entrar en un Gobierno de coalición con el PSOE si con ello conseguía no ser un "obstáculo" al apoyo de Ciudadanos a los socialistas.

Pero Aguado ha sido rotundo en su rechazo a la propuesta, al contestar a Más Madrid y PSOE que la política "no es un supermercado" y asegurar que ni les cederá votos, ni entablará reuniones con ellos con vistas a negociar una mayoría alternativa.

La posibilidad de organizar un pleno de investidura sin candidato es una particularidad incluida en el artículo 182.3 del nuevo Reglamento de la Asamblea, aprobado en febrero de este año, y que está pensado como un mecanismo para activar el calendario.

Si finalmente el 10 de julio se celebra un pleno sin candidato, la sesión comenzará dando cuenta de que ha sido imposible proponer a un aspirante con los apoyos necesarios y se abrirá un turno de diez minutos por cada grupo parlamentario para que puedan explicar su posición.