La petición de suspender a los parlamentarios independentistas en prisión preventiva centra la recta final de la campaña de PP, Cs y Vox, que cargan contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, por permitir "una humillación" en la sesión constitutiva, de la que Pedro Sánchez prefiere pasar página y esboza así una derecha desubicada, desconcertada y desaforada.

Los líderes han entrado de lleno, este miércoles, en la recta final de la campaña y, a cuatro días de las elecciones, han llevado su discurso, en el que continúan las alusiones a lo sucedido ayer en la Cámara Baja, a Andalucía, Cataluña, Comunidad de Madrid y Galicia.

PP, Ciudadanos y Vox han criticado nuevamente la actitud de Batet por "consentir" que permitiera que los parlamentarios independentistas pronunciaran un discurso que no se ajusta al del acatamiento de la Constitución y que valoran que podría no ajustarse a la legalidad y, por tanto, ser constitutivo de un delito.

Ante ello, Sánchez, en Córdoba, ha contraatacado esta tarde a PP, Ciudadanos, y Vox y ha considerado que vio ayer en el Congreso "a una derecha desubicada, que no sabía en qué escaño sentarse; a otra derecha desconcertada por la derrota del pasado 28 de abril y a otra derecha desaforada por un giro a la extrema derecha impropio de un partido liberal en Europa".

Ha definido de esta manera el panorama parlamentario del bloque de las "tres derechas" en el arranque de la legislatura y ha pedido al PP y Cs que "se echen a un lado" si no "contribuyen a la gobernabilidad y estabilidad de España", porque este país "quiere avanzar en justicia social, convivencia y limpieza" política.

Casado, en dos actos hoy, uno en Barcelona y otro en el municipio madrileño de Torrejón, ha planteado analizar si los diputados independentistas han podido cometer perjurio por acatar ayer la Constitución sabiendo que lo hacían "falsamente" o de forma "ofensiva contra la legalidad", al usar fórmulas con añadidos sobre la tradicional.

Ha argumentado que se trata de "analizar" si la figura del perjurio, el "jurar sabiendo que se hace falsamente o de manera ofensiva contra la legalidad", presente en otros ordenamientos jurídicos pero no en el español donde se aplica el falso testimonio, puede ser "constitutivo de algún reproche penal". Además, ha apelado a crear un "coto" y a "frenar" el intento de que a Sánchez "le salga gratis esto de pactar con los que quieren romper España".

Rivera, en Madrid, ha acusado a Batet y Sánchez de ser "cómplices de los golpistas" y permitir que sigan sentados en sus escaños.

Quien da "un golpe de Estado", ha dicho Rivera, no se puede sentar en el Congreso: "¿Alguien se imagina a Tejero sentado en un escaño?", ha preguntado lamentando que los cinco parlamentarios presos lleven ya dos días cobrando dinero público.

Abascal, en un mitin en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, ha ido un paso más allá, y al igual que en la causa contra el procés, ha anunciado que utilizarán todos los mecanismos legales posibles y, si es necesario, acudirán a los tribunales contra los diputados catalanes presos por su "ataque" a la Constitución.

Ha defendido la posición de su bancada frente a la actitud de Batet al "consentir" que los diputados independentistas presos pronunciaran para atacar la Constitución".

Por su parte, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha querido desmarcarse de lo sucedido ayer el arranque de la XIII legislatura y se ha situado ya en el escenario de pactos e instando a Sánchez a que si "quiere gobernar", tiene que "negociar" y "transigir".