El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, ha asegurado este lunes que España no cambiará su posición de no reconocer a Kosovo porque lo exijan miembros del Comité Olímpico Internacional (COI), tras la controversia con la delegación kosovar en el Mundial de kárate celebrado en Madrid.

En una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, ha rechazado que se denegara visados a atletas de dicho país, añadiendo que se trata de acusaciones que "no tienen fundamento". Al tiempo, ha puesto de manifiesto que España no cambiará su posición de no reconocer a Kosovo por presiones procedentes del COI.

"No vamos a aceptar que un director general del Comité Olímpico Internacional nos diga que tenemos que reconocer a Kosovo, ¿pero usted quien se cree que es?", ha cuestionado Borrell, en respuesta al alto cargo del COI Pere Miró, que señaló que España tendría dificil organizar eventos deportivos si mantenía su posición.

"La política internacional de España no la dicta el COI", ha recalcado el ministro. La pasada semana directivos del COI amenazaron con excluir a España de la organización de eventos deportivos internacionales si no reconocía al país balcánico, que se independizó de Serbia en 2008 de forma unilateral.

Borrell ha explicado que España no reconoce a Kosovo al igual que tampoco lo hace con Gibraltar y esto "tiene consecuencias". Pero ha querido poner en perspectiva la posición de España, señalando que tampoco Rusia, China o India reconocen la independencia del país balcánico y se ha preguntado si la advertencia enviada a Madrid se ha trasladado también a Moscú, Pekín o Nueva Delhi.

El COI, así como la gran mayoría de federaciones internacionales, admitió a Kosovo en 2014, pero no es el caso de España. De hecho, tras la crisis por el Mundial de kárate, Exteriores elevó una queja formal al COI por el asunto de los visados a deportistas kosovares.

Preguntado si la posición del Gobierno de España puede cambiar si se produce un reconocimiento por parte de Serbia, Borrell ha apuntado que en ese supuesto ya no sería una independencia unilateral.

"No somos mas papistas que el papa", ha apuntado el titular de Exteriores, entendiendo que el Ejecutivo se abriría a admitir a Kosovo si Belgrado reconoce su independencia.