Una protesta respaldada por más de 120 asociaciones feministas de defensa diferentes derechos y partidos políticos, consiguió que se cancelara una jornada comercial sobre vientres de alquiler que se iba a celebrar ayer por la tarde en un hotel de Valencia.

La compañía americana «Circle Surrogacy» tenía programada una conferencia y varias citas con parejas interesadas en contratar mujeres gestantes, en el hotel Sorolla Palace. Cuando las asociaciones feministas tuvieron conocimiento de ello remitieron un escrito al establecimiento solicitando que no permitiera este evento, hecho que finalmente se produjo.

Pese a que esta jornada comercial se anuló, la concentración tuvo lugar «para hacer visible este problema y reivindicar una Comunidad Valenciana libre de alquiler de úteros y de la mercantilización de mujeres», explicaron desde la plataforma Coordinadora Feminista a Levante-EMV.

Durante la protesta se llevó a cabo una «performance» inspirada en la serie «El cuento de la criada», una ficción distópica en la que las mujeres sometidas son empleadas por los dirigentes de un país imaginario para garantizar la reproducción de la especie y satisfacer sus deseos de ser padres.

«Nos encontramos con una situación que bordea los límites de la ética», comentaron desde la plataforma feminista. «Parece que el capitalismo da vía libre para comprarlo todo: incluso un hijo», añadieron. De hecho, en el manifiesto que se leyó durante la protesta, se hace referencia a la declaración de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, en la que se dictamina que «las políticas públicas deben ser garantes de los derechos, no de los deseos individuales, sobre todo si estos no respetan los derechos de las personas social y económicamente más vulnerables». No en vano, los convocantes aseguraron que esta práctica «instrumentaliza a las mujeres» ya que «en la mayoría de los casos, las mujeres que acceden a ser úteros de alquiler lo hacen en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad», pese a que se trata de «manipular» con su «carácter altruista para dulcificarlo».

Así mismo las asociaciones adheridas a estas protestas insisten en que «el deseo de ser padres o madres y el ejercicio de la libertad no implica ningún derecho a tener hijos».