Casi el 70% de los españoles considera necesario reformar la Constitución de 1978 y de ellos, cerca de la mitad, aboga por una "reforma importante" de la ley de leyes que cumplirá 40 años el próximo mes de diciembre, según se desprende del Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente a este mes de septiembre.

En concreto, el 69,6% de los consultados defiende la necesidad de acometer esa reforma, frente a un 15% que considera que no hay que tocarla. Entre los partidarios de hacer cambios, el 49,3% es partidario de una modificación "importante" del texto constitucional, un 32% prefiere una "pequeña reforma" y sólo el 14% reclama "una reforma casi total".

Además, de entre quienes piden reformarla en mayor o menor grado, son mayoría (32,4%) los que defienden modificarla para lograr una mejor coordinación de competencias en educación y sanidad, seguidos de los que piden aprovechar la reforma para incrementar la transparencia y el control de la actividad política (28,9%).

La preocupación por Cataluña se duplicó en las jornadas previas a la Diada

Por otra parte, la preocupación de los españoles por la situación política en Cataluña se duplicó en las jornadas previas a la Diada, el 11 de septiembre, según el CIS.

El sondeo coloca la independencia de Cataluña como el sexto problema más citado por los ciudadanos, al nombrarlo el 13 por ciento de los encuestados, cuando un mes antes la nombraban el 6,3.

Por delante de Cataluña, en cualquier caso, se citan cinco problemas como los que más preocupan a los españoles.

El paro sigue siendo el primero, citado por el 60,7 por ciento, seguido de la corrupción y el fraude, que destacan el 25,2 por ciento de los españoles; los problemas económicos, el 24,8 por ciento; los políticos, que suponen un problema para el 19,2 por ciento, y la inmigración.

En este último caso, sigue aumentando la inquietud ciudadana por la inmigración, 4,5 puntos con respecto a julio, hasta situarse en el 15,6 por ciento.

En este nuevo barómetro ha mejorado algo la percepción sobre la situación económica aunque no lo han hecho las expectativas, y en el caso de la situación política hay menos optimismo que en julio, tanto sobre el presente como sobre el futuro.