El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, esperará a reunirse en Barcelona con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, a que echen a andar las comisiones bilaterales entre el Estado y el Govern catalán y haya algunos resultados concretos.

Sánchez y Torra mantuvieron una primera entrevista en julio en el Palacio de la Moncloa y se emplazaron a verse de nuevo en Barcelona, una cita que según dijo ayer el president sería en octubre.

Pero el jefe del Ejecutivo, en una conversación informal con los periodistas en el vuelo de regreso de su gira latinoamericana, no concretó la fecha para ella, aunque ratificó su intención de que se produzca.

Su intención es verse con Torra "cuando tengamos cosas" y precisa que eso puede ocurrir en las próximas reuniones de las comisiones bilaterales Estado-Generalitat, porque está convencido de que en ellas va a haber resultados concretos.

Esas comisiones y subcomisiones se pondrán en marcha después de que el pasado 1 de agosto se impulsaran, tras reunirse por primera vez en siete años la Comisión Bilateral Generalitat-Estado.

Entre ellas estará la subcomisión de seguimiento normativo, prevención y solución de conflictos en la que se estudiarán los recursos planteados por el Estado ante el Tribunal Constitucional, con el objetivo de reducir la litigiosidad y garantizar la constitucionalidad de las normas.

Al respecto, Sánchez recalca que hay recursos de inconstitucionalidad que pueden decaer, como los relativos a leyes sobre pobreza energética o sanidad universal.

También deben reunirse próximamente la Comisión Mixta de Transferencias Estado-Generalitat, la Comisión de Asuntos Económicos, la Comisión Bilateral de Infraestructuras, y las subcomisiones de colaboración y cooperación, de asuntos europeos y acción exterior, y la de infraestructuras y equipamientos.

Para Sánchez, en esas comisiones es donde se va a hablar de "lo que importa a los catalanes".

También recuerda que el Gobierno va a aliviar la situación económica "no sólo de Cataluña, pero también de Cataluña"

Respecto al cruce de declaraciones entre el Gobierno y la Generalitat en los últimos días, insiste en no propiciar el enfrentamiento.

Sin embargo, subraya que ante declaraciones en las que Torra sugiere que puede incurrir en desacato a la ley, él sólo puede decirle que ya sabe a lo que conduce ese camino.

Sánchez no ve muchas novedades en torno a la situación catalana y subraya que lo nuevo sería que Torra se reuniera con la otra parte de Cataluña que no comulga con sus postulados.

Pero lamenta que eso no ocurra y que los independentistas traten de homogeneizar en sus tesis a la sociedad catalana cuando esa sociedad no es homogénea.

El presidente del Gobierno asegura que lo que se está viviendo a raíz de la colocación de los lazos amarillos en las calles catalanes en favor de los presos independentistas no favorece a los soberanistas.

"Deberían ser los primeros interesados en resolver este problema", recalca el presidente del Gobierno convencido de que no les ayuda en la imagen que pretenden transmitir.

Pero sigue alertando de que es un asunto que afecta a la convivencia y ante el que todos, entre ellos los dirigentes de los diversos partidos políticos, deberían contribuir a ella y no a la fractura social.