Omran Osman, de Sudán, y Ntouba Japhet, de Camerún, llegaron a Mallorca hace diez días después de que el buque de salvamento 'Aquarius' los rescatara enmedio del mar hace ya casi dos meses. España se ofreció como país de acogida de los 629 inmigrantes después de la negativa de Italia, un gesto que los refugiados que están en Mallorca han agradecido enormemente, "aquí sentimos que estamos en familia, lo primero ahora es aprender español" afirman.

Omran tiene 26 años y estudiaba arquitectura en su país, Sudán. En 2016, las organizaciones armadas mataron a su padre, y el 20 de abril de ese año decidió salir del país en una travesía de 14 días a través del Sáhara "donde escaseaba el agua y la comida", afirma. La aviación libia los encontró y los llevó a la ciudad de Kufra, en Libia.

Allí, las 57 personas que recorrieron el Sáhara entraron en la cárcel siete meses por querer migrar de forma ilegal, aunque podían salir pagando una multa de 14.000 dinares (unos 8.000 euros). Para que saliese de la prisión, su familia vendió su casa en Sudán y le mandó el dinero, una suerte que no tuvieron otros compañeros. "Murieron 17 personas del grupo en la cárcel, solo comíamos una vez al día pasta con agua y sal y el agua no era potable", explica Omran.

Este joven sudanés pagó la multa y trabajó en Trípoli en un huerto donde le obligaban a beber alcohol y violar a menores y corderos durante cuatro meses. Al cabo de poco tiempo, "volví a entrar en la cárcel un mes por, según dijeron, hacer mal mi trabajo", le decían "eres nuestro esclavo, eres negro". Consiguió salir de la cárcel y trabajar "de todo" para ahorrar 5.000 dinares, el precio de ir a Europa.

Ntouba, de 26 años, a diferencia de Omran tuvo que dejar la escuela de joven "porque mi familia no podía pagarla". Al cabo de unos años se casó y tuvo dos hijos, que ahora tienen cuatro y seis años respectivamente, aunque "no la podía mantener, había días que no teníamos comida".

Por esto, en 2017 decidió irse a Argelia a trabajar, aunque nunca llegó. Inicio su camino, en Nigeria, el primer país en salir de Camerún, y siguió por Níger, donde la mafia de personas "nos tomó como rehenes durante cinco días y nos obligaba a pagar para salir". Esta mafia les prometía la llegada a Argelia en una travesía de dos días por el Sáhara con 24 personas subidos en un automóvil 4X4.

Después de cuatro días de camino, Ntouba preguntó "dónde nos llevaban", y la respuesta fue "o te callas o te matamos". El joven camerunés explica que escaseaba mucho el agua, "falleció un compañero y yo me desmayé", relata. A los seis días de travesía vieron la civilización, pero no era Argelia, sino Libia, "nos mandaron a todos a la cárcel, vendiéndonos como esclavos".

En la prisión estaban todos en la misma celda, "dormíamos uno encima del otro, sin ventanas y sin poder lavarnos". Ntouba fue víctima de torturas en esa cárcel libia, "me colgaban boca abajo con las manos atadas y me golpeaban continuamente". Consiguió coger el móvil de un guardia y mandó un vídeo y fotografías a su familia, que recolectó dinero para que saliese de ahí. Después de tres meses, salió a la calle y empezó a trabajar en "de cualquier cosa, lo que me dijesen". Con el dinero ahorrado durante ocho meses paga los mil euros que le costó una barca de camino a Europa, "si tengo que morir que sea yendo a Europa y no en una vuelta atrás", relata Ntouba.

Situación en el mar

Omran se embarcó en una patera con 120 personas que estuvo 13 horas en el mar, "sinceramente no sabía si llegaría", explica. Con el paso de las horas se quedaron "sin gasoil, agua y comida", hasta que encontraron un barco libio que se ofreció a resctaarlos. 13 de los inmigrantes saltaron al mar, entre ellos Omran, porque "no queríamos volver a ese país". Tres lanchas italianas que llegaron los recogieron del mar y, finalmente, llevaron a oda la patera al Aquarius, un momento donde "sentí que renací".

Ntouba cuenta como en su barca había 118 personas, y al día siguiente de salir también se quedaron sin agua, sin comida y sin gasoil, "la gente empezaba a rezar para vivir" explica. De repente, "apareció un helicóptero y nos dijo que tranquilos que llegaría un barco", el Aquarius. El buque llegó, y empezó a dar las instrucciones en inglés y francés, "aunque mucha gente no entendía ninguno de los dos idiomas. Empezaron a dar chalecos salvavidas y, por la precipitación de los que estaban en la patera, la embarcación volcó. Fallecieron cinco personas en el agua, "la mayoría no sabía nadar ni nada", pero se consiguió salvar a todas las mujeres de la patera.

España, una oportunidad

Tanto Omran como Ntouba han destacado la "gran acogida" que tuvieron en Valencia a la llegada del Aquarius, "el trato de aquí no lo tendremos en nuestro país". Además, sienten que con la negativa de Italia "ha habido una discriminación" y se preguntan "por qué no nos querían salvar". Los dos refugiados no saben aun su situación legal en España, pero "rezamos para tener los papeles".

Además, han expresado su deseo de aprender español y mejorar sus vidas y las de sus famiias, Ntouba quiere "aprender un buen oficio, saber que puedo hacer algo" y el sueño de Omran "es ser ingeniero de programación" y, por qué no, traer a sus familias aquí.