La batalla para suceder a Mariano Rajoy al frente del Partido Popular comienza a ponerse interesante. El exministro de Exteriores y diputado del PP por Alicante, José Manuel García Margallo, está moviéndose estos días para sopesar que apoyos podría tener en la provincia de Alicante y con el objetivo de lanzarse como candidato a presidir el PP en el congreso extraordinario que se celebrá los días 20 y 21 de julio.

Según ha confirmado el propio Margallo a este diario, está dispuesto a dar el paso y ser candidato. No obstante, esperará a saber si hay otro candidato o candidata que defienda mejor sus ideas. En conversación con este diario, el exministro ha indicado que espera que el próximo congreso sea un debate de ideas y no de personas y ha indicado que él tiene desde hace años un proyecto articulado sobre España basado en la transición económica y la reforma constitucional.

Mientras que ayer lunes el PP celebraba la junta directiva nacional para convocar el congreso, el diputado se trasladó a la sede del PP en Alicante y allí comentó en algunos círculos que estaba interesado en recoger avales. Margallo, con casa en Xàbia, está haciendo gestiones con el propósito de lanzar una candidatura propia.

El exministro irrumpió hace unos días en las carrera sucesoria, pero para posicionarse en contra de la vicepresidenta del PP, Soraya Sáenz de Santamaria, en el caso de que presente candidatura. "Haré todo lo que pueda para que no gane", vino a decir Margallo, un veterano de la política en su momento muy próximo a Rajoy, pero que no llevó bien que lo descabalgaran de la cartera de Exteriores. Margallo ha sido una suerte de verso libre en el PP ya que no ha duda en dar sus opiniones aunque fueran en contra del argumentario popular. Así, por ejemplo, ha defendido una reforma constitucional para dar salida al problema territorial de Cataluña y ha sido crítico con su propio Gobierno por no haber sabido frenar el conflicto en su día. También criticó los últimos presupuestos del Estado.

A sus 74 años, el exministro no parece dispuesto a jubilarse de la política. En todo caso, lo tendrá difícil ya que no cuenta con el respaldo ni de la dirección de su partido en Alicante, donde es afiliado, ni de la dirección regional. De hecho, la relación entre Bonig y Margallo es tensa desde hace mucho tiempo. El PP de Alicante, además, trató de descabalgarlo de la candidatura nacional (fue de número uno) al considerar que su tiempo ya había pasado y que era necesaria una renovación.