El buque Aquarius, en el que viajan más de 600 personas abandonadas a su suerte en el Mediterráneo, pondrá rumbo a València en las próximas horas. Después de que anoche Médicos Sin Fronteras manifestara su temor por la inseguridad que generaría un viaje de entre tres y cinco días hasta València, finalmente fuentes del Gobierno valenciano han confirmado a este periódico que el destino final del barco, sí será València, aunque Europa estudia la mejor manera de hacer llegar a los refugiados de forma segura.

A primera hora de la mañana de hoy martes, las autoridades italianas han hecho llegar víveres y provisiones al Aquarius que se encuentra parado cerca de su costa.

Según ha informado la periodista Sara Alonso de Radio Nacional y que viaja en el barco, la principal posibilidad es que en las próximas horas parte de los refugiados sean repartidos en otros buques para poner todos juntos dirección a València en condiciones de mayor seguridad.

Los inmigrantes serán trasladados en una flotilla compuesta de tres barcos: un centenar se quedará en el Aquarius y el resto se repartirá en un guardacostas y un buque de la Armada italiana.

"La intención y el plan actual es transferir a 500 personas en dos barcos italianos (militares) de manera que 129 se quedarían aquí y todos juntos navegaremos a salvo a Valencia. Estamos muy cansados, pero también hay mucha gente aquí con ansiedad y frustrados y esperemos pronto poder llevarlos a un puesto seguro", ha señalado el médico y portavoz del Aquarius, Aloys Vimard.

Según informa Médicos Sin Fronteras en su cuenta en la red social Twitter, "el Aquarius está recibiendo víveres, coordinado por las autoridades italianas de rescate. La intención del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Italia en Roma (MRCC por sus siglas en inglés) es transferir a parte de la gente desde el Aquarius a barcos italianos y enfilar hacia Valencia juntos", explica.

Médicos Sin Fronteras pide "poner la seguridad de las personas por encima de las políticas" y recuerda que este plan significará que personas rescatadas "que ya están exhaustas", pasen cuatro días más de viaje marítimo.

"La mejor opción sería desembarcar a las personas rescatadas en el puerto más cercano para que después, puedan ser transferidos a España o a cualquier otro país seguro para su protección y su proceso legal", insiste la organización humanitaria, que viene recordando que el barco se encuentra a 700 millas de Valencia, pero a menos de 30 de los puertos de Italia o Malta.

El Aquarius se encuentra detenido en el Mediterráneo desde el pasado domingo con las 629 personas que habían rescatado en las dos jornadas anteriores porque el Gobierno de Italia, cuyas autoridades de rescate habían transferido al barco humanitario a parte de esos migrantes, negó autorización para su desembarque en puertos italianos.

El temor del lunes noche

"Es responsabilidad de las autoridades marítimas italianas encontrar una solución rápida y segura para las 629 personas a bordo", dijo SOS Mediterranée, responsable del barco. La organización agradeció que Salvamento Marítimo español propuso acoger al buque en Valencia, pero advirtió de que "llegar a España llevaría varios días. Con 629 personas a bordo y el clima empeorando, la situación podría volverse crítica. La prioridad debe seguir siendo la seguridad de todos los sobrevivientes".

Tras calificar "muy positivamente" el gesto del Gobierno español, ambas ONG recordaron que con 629 personas a bordo y el deterioro previsto en las condiciones meteorológicas podrían llevar a "una situación crítica" en el trayecto hasta Valencia, a 1.300 kilómetros de distancia.

Tanto la ONG SOS Méditerranée como Médicos Sin Fronteras (MSF) confirmaron anohe que se descartaba la opción de Valencia. Por ello, el Gobierno de España se planteaba ofrecer el puerto de Palma de Mallorca. El Ejecutivo sopesa esta opción ante la crítica situación del buque.

La situación de los 629 inmigrantes a bordo del Aquarius es delicada y hasta esta mañana solo disponían de 800 paquetes de fideos que ayer les entregó un barco de la marina maltesa, la embarcación seguía al cierre de esta edición fondeada y sin rumbo fijado a unas 27 millas náuticas de la isla de Malta.