Mariano Rajoy se despidió ayer del Palacio de la Moncloa compartiendo un ágape con su equipo más cercano y con personal diverso de la Presidencia del Ejecutivo.

Rajoy se desplazó a Moncloa tras participar en el Congreso en la votación de la moción de censura contra él que invistió a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Allí estuvo ultimando algunos detalles del traslado junto a su familia a su domicilio de de la madrileña localidad de la Aravaca antes de que Sánchez se convierta en el nuevo inquilino de Moncloa.

El hasta ahora jefe del Ejecutivo, según fuentes de la Moncloa, quiso agradecer personalmente su trabajo a muchos de los que han sido sus colaboradores más cercanos durante estos últimos años y los ha reunido para compartir una copa de manera informal.

Entre los asistentes estuvo también la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

Todos los reunidos por Rajoy le dedicaron a su vez un aplauso en señal de reconocimiento a su tarea.

Rajoy, el resistente tranquilo

Rajoy, el resistente tranquilo

Rajoy, el resistente tranquilo. Vídeo: Agencia Atlas Foto: EFE

Nueva vida en Aravaca

Ahora podrá dedicar algo más de tiempo a su familia, a su mujer y a sus dos hijos, a sus largas caminatas mañaneras cambiando los jardines de la Moncloa por los alrededores de su casa de Aravaca y a disfrutar como espectador de todo tipo de eventos deportivos.

Atrás deja una etapa como presidente que ha repetido una y otra vez que no ha sido nada fácil, sobre todo por las medidas que ha tenido que adoptar ante la crisis económica y la situación en Cataluña.

Pasará a la historia como protagonista de un periodo en el que han sido muchas las veces en las que ha ocurrido algo por primera vez, entre ellas la abdicación del Rey, la repetición de elecciones tras ser imposible formar un gobierno o el triunfo de la moción que abre un nuevo capítulo en su biografía.

En el que hoy se cierra, más allá de lo que él pueda interpretar como sus logros políticos, quedarán algunos muy personales como haber dejado de fumar.

Pero también sale de Moncloa con algún miedo no superado: en sus seis años y medio como presidente ha evitado subirse a un helicóptero tras el accidente que sufrió en uno de estos aparatos en 2005.

Mariano Rajoy comienza una nueva vida, pero no será como la que se le ha visto bailar en más de una ocasión a los compases de la canción de Raphael.