Podemos ha salvado a Pablo Iglesias, que sale de nuevo coronado por los militantes en Vistalegre II.

No tendrá que dimitir como había advertido si no ganaba su proyecto político y su equipo a la dirección, porque lo ha ganado todo y por mucho. Ya dijo él mismo que la moneda no podía caer de canto.

Pablo Manuel Iglesias Turrión (Madrid, 1978) es politólogo, fue profesor interino en la Universidad Complutense, después eurodiputado entre 2014 y 2015, es diputado en el Congreso desde hace dos años, entrevistador en el programa La Tuerka y desde hoy, además, reeditado en su cargo de secretario general de Podemos.

El camino que ha recorrido desde que conocimos a ese profesor de la Universidad Complutense que se hizo famoso en las tertulias está lleno de curvas.

Ha pasado de indignado del 15M a eurodiputado, de eurodiputado a dar el salto a la política nacional y a convertirse en el líder de la tercera fuerza política del país -la segunda según las últimas encuestas- con cinco millones de votos a sus espaldas.

Iglesias logra una clara victoria frente a Errejón

Iglesias logra una clara victoria frente a Errejón

Iglesias logra una clara victoria frente a Errejón.

Dio sus primeros pasos en la política en la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), en la que militó desde la adolescencia hasta los 21 años; pero "como candidato a la Presidencia" se definió como "socialista como Allende". "Nos hacemos mayores", justificaba.

Le hemos visto querer sustituir a la vieja socialdemocracia para después llamar delincuentes potenciales a los diputados en el mismo hemiciclo del Congreso en el que le reprochó a Pedro Sánchez un pasado de 'cal viva' del PSOE.

Repetía antes aquello de que no se llama Pablo Iglesias por casualidad y ahora lo que quiere es un Podemos que no se parezca al PSOE.

Le dio el portazo a IU antes de las elecciones del 20D, pero meses después hablaba de las "fuerzas" hermanas que le acompañaron en Unidos Podemos para los comicios del 26J, y acabó gritando su orgullo de ser heredero de las luchas sociales y de haber reunido a la izquierda histórica, la "izquierda de toda la vida".

Ahora vuelve a buscar la transversalidad, pero la transversalidad que no es parecerse al PP o al PSOE o a Ciudadanos, sino a España y a la gente.

Discusiones a plena vista

Lo ha reiterado estas semanas hasta la saciedad para recalcar sus diferencias con el proyecto de su antes 'más amigo' y ahora 'más compañero', Íñigo Errejón, con quien hasta ha discutido de forma intensa sin ocultarse de las cámaras en los escaños del Congreso.

Ahora llega un nuevo Iglesias, uno que quiere ser "activista institucional".

Un papel que debe tener que ver con el Iglesias al que hemos visto en los últimos meses, que ha compaginado sus interrogatorios a los ministros en el Congreso con la protesta en la calle, "megáfono en mano".

Porque las victorias electorales no vienen solas, sino acompañadas de las victorias sociales, según le hemos oído decir en este Vistalegre II, donde los gritos de 'unidad, unidad' de las bases han superado con creces a los de 'presidente', 'presidente', que proclamaba el ya lejano Vistalegre I.

Declarado fan de la serie Juego de Tronos, la que le regaló a Felipe VI, Iglesias tampoco ha tenido problemas de ponerse el esmoquin para ir a los premios Goya, "por respeto" a la profesión.

Una cosa es eso y otra, mimetizarse con las instituciones. "No puede ser que a una fuerza le guste más estar en la moqueta del Parlamento que en las movilizaciones", sostiene.

Por todas esas cosas, a Iglesias le siguen mirando con recelo los diputados de otros partidos en el Congreso, donde pocas veces le hemos visto con corbata, pero siempre, siempre, perseguido por las cámaras de televisión.

Y todo eso lo ha hecho, como él mismo dice, acompañado por su equipo, el mismo desde 2014.

"Yo sin mi equipo no soy nada", ha enfatizado varias veces ante quienes decían que el problema de división en Podemos se debía a la 'camarilla' que mantenía 'secuestrado' a su secretario general.

Palabras nada más y nada menos que del cofundador de Podemos Luis Alegre, amigo muy cercano desde hace años de Iglesias, quien ha lamentado profundamente que dijera esas 'barbaridades'.

Ha sido uno de los sinsabores que el líder de Podemos se ha llevado de este proceso interno, del que sale fortalecido, junto a su equipo.

Su círculo más próximo ya no es aquel grupo de profesores que salieron de la Complutense para asaltar los cielos.

Ahora están más próximos Irene Montero, Rafa Mayoral, Diego Cañamero, Manuel Monereo, todos con posiciones fuertes en la nueva dirección, en la que ya no está Alegre, ni Carolina Bescansa.

Pero tiene también el apoyo incondicional de otro fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, y éste sin la presión de ocupar ningún cargo en el partido y siempre dispuesto a sacar los dientes en defensa de su compañero.

De su destino, Iglesias dice que no se ve muchos años más en política, que a Errejón le imagina una trayectoria más larga.

Pero quién sabe, las vueltas que da la vida.