Pedro Sánchez afronta en el Comité Federal de este sábado uno de sus mayores retos al frente del partido desde que asumió el cargo el 26 de julio de 2014. El secretario general de los socialistas acude a la cita con la idea de convocar, contra la oposición frontal del sector crítico, un Congreso Federal para los días 12 y 13 de noviembre y unas primarias entre la militancia, el 23 de octubre, para decidir el liderazgo del partido.

Con su propuesta, Sánchez lanza un pulso a los principales barones de consecuencias imprevisibles, inédito en la historia reciente del partido. La idea del líder de los socialistas pasa por la celebración de una votación entre la militancia, que se celebraría el 23 de octubre, en la que reta a presentarse a quienes discutan su figura.

Tras la dimisión de 17 miembros de su Ejecutiva, los críticos no reconocen esta propuesta. Acuden al Comité Federal, pero no reconocen su legitimidad ni, por supuesto, su capacidad para formular la propuesta que defiende Sánchez, con la que están radicalmente en desacuerdo.

Aunque no lo han expresado con claridad, en su mayoría se decantan por abstenerse y permitir que Rajoy forme Gobierno. Para ello, apostarían por una comisión gestora que pilotase la transición hacia un nuevo Congreso Federal que tendría lugar después de que quede resuelta la gobernabilidad de España.

El líder del PSOE ha evitado dar un paso atrás tras los resultados de las elecciones en Galicia y País Vasco, los peores de la historia del partido en ambas comunidades, y de los reveses en las dos últimas citas en las elecciones generales.

El debate sobre el liderazgo de Sánchez, larvado casi desde su elección, se ha intensificado en los últimos meses hasta un punto crítico, agravado por la falta de salidas al bloqueo político. Sin opciones claras de un gobierno alternativo, el secretario general del PSOE se ha negado a facilitar una salida en forma de abstención a la investidura de Mariano Rajoy, tanto si es bajo condiciones como si toma un sesgo "técnico", mientras el país se aproxima al año sin un Ejecutivo con plenas funciones.

Además, el líder del PSOE ha insistido en la idea de un gobierno alternativo con Ciudadanos y Podemos, sin cerrar taxativamente la puerta a los partidos nacionalistas. El plan, repetido en múltiples intervenciones, parece prácticamente imposible por el rechazo rotundo del partido de Albert Rivera y la premisa del veto de los socialistas a acuerdos con formaciones que defienden el derecho a la independencia de cualquier territorio de España.

Sánchez pasa a la ofensiva con los críticos: "Que den un paso adelante"

Sánchez pasa a la ofensiva con los críticos: "Que den un paso adelante"

Para Sánchez ha llegado el momento "de hablar claro". Frente a las dudas sobre su figura, quiere que el partido tenga una "voz unida" y por eso propondrá un Congreso Federal y elecciones primarias, confiando en que será aprobado por el Comité Federal bajo la premisa de que no se pondrán "cortapisas" para que la militancia resuelva el "debate político de fondo".

El secretario general de los socialistas ha dibujado el pulso interno en el PSOE como una disputa entre una idea de partido "claramente de izquierdas y diferenciado del PP, unido y autónomo de la derecha política y económica" y otra, "legítima", que "defiende de manera cada vez más clara que el PSOE debe apoyar la investidura de Rajoy", una "posición subalterna" con el PP. Sánchez apuntaba así, aunque sin aludirlos, a Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara o Felipe González.

Todo se decidirá en el comité Federal

El reto de Sánchez pasa por el Comité Federal, el máximo órgano del partido, que agrupa a cerca de 300 delegados. Si este sábado se aprueba su plan, se celebrarían elecciones primarias el 23 de octubre, y el Congreso para ratificar como líder al ganador tendría lugar los días 12 y 13 de noviembre.

Con estas fechas, el vencedor tendría de plazo del 23 al 31 de octubre para tratar de formar Gobierno o facilitarlo de otra forma si se quiere evitar la convocatoria automática de unas terceras elecciones, algo que, sin embargo, Sánchez ya admite como posible.

Las opciones de los críticos

Mientras tanto, los críticos barajan diversas posibilidades. La más radical pasa por forzar la salida de Sánchez, de quien consideran que está utilizando los resortes del partido para mantenerse en la Secretaría General.

Después de que la dimisión de los 17 miembros de la ejecutiva federal no hay frenado a Sánchez, la segunda opción para descabalgar a Sánchez pasa por una "moción de censura" en el Comité Federal. Esta debería ser apoyada por al menos el 20 por ciento de los miembros y sancionada por la mayoría absoluta, pero podría requerir de la convocatoria de un nuevo Comité Federal.

Lo traumático de esta posibilidades les restan opciones, especialmente por la forma en la que podrían recibirlas la militancia.

Si no se lleva a cabo, a los críticos sólo les quedaría frenar la convocatoria del Congreso en el Comité Federal, aunque la correlación de fuerzas de los 295 miembros del Comité Federal no está clara.

En caso de salir adelante la idea de Sánchez, los candidatos a las primarias tendrían hasta el 11 de octubre para recoger los avales necesarios (unos 9.000, el 5 por ciento de los cerca de 190.000 militantes).

La precipitación de las fechas y, especialmente, el hecho de que el proceso se anticipe a la resolución del bloqueo político o a la celebración de unas hipotéticas terceras elecciones complican la posibilidad de candidaturas alternativas y el margen de maniobra de la oposición interna.