Ni sus delfines ni sus puntos débiles, el expresidente andaluz José Antonio Griñán no ha dudado en citar como sus "puntos fuertes" a su sucesora, Susana Díaz, y al que fuera vicesecretario general del PSOE-A Rafael Velasco, quien dimitió tras la polémica sobre las subvenciones dadas a la empresa de su esposa.

Jefe del Gobierno andaluz durante más de cuatro años (2009-2013), exconsejero y exministro, Griñán ha vuelto al Parlamento andaluz para comparecer ante la comisión de investigación sobre el presunto fraude en las ayudas para los cursos de formación y lo ha hecho con "honor" y con la "convicción" de que cumple su deber.

Apenas veinte minutos después de que su antecesor en el cargo, Manuel Chaves, abandonara la comisión tras finalizar su declaración, Griñán llegaba a la sala acompañado del portavoz del PSOE en el Parlamento, Mario Jiménez, y de la diputada Marisa Bustinduy.

Una leve sonrisa, un saludo con la mirada a los más de quince medios de comunicación que esperaban en la puerta de la sala, y ya dentro saludos a varios diputados e incluso algún abrazo a los dos representantes de IU, partido con el que gobernó en coalición.

Atrás quedan sus cargos de responsabilidad, ahora Griñán se presenta como "un pensionista de clases pasivas fruto de 45 años de servicio público" y un jubilado que "simplemente" tiene la afición de leer y que ya no se entera de las cosas que ocurren en la Junta, salvo por lo que lee en los medios de comunicación.

Griñán ha respondido durante dos horas y media a los comisionados de los cinco grupos con representación parlamentaria, algunos viejos conocidos, con los que se ha visto la cara en muchos debates en la Cámara, como son los del PP o IU, y otros nuevos como Podemos o C's.

Tanto se ha visto las caras con algunos de ellos, que frente a él en IU tenía a Elena Cortés, quien fue su consejera de Fomento y Vivienda durante un gobierno de coalición del que se siente "muy orgulloso", aunque en esta ocasión ha sido su compañero José Antonio Castro quien se ha encargado de las preguntas.

No es la primera vez que Griñán acude a una comisión de investigación en el Parlamento andaluz, en 2012 lo hizo, todavía como presidente, por el caso de los ERE.

"Enriquecido" por su comparecencia, a la que acudía "con alegría", Griñán ha mantenido un tono amable con todos los grupos, a veces más serio con el PP, y se ha reafirmado una y otra vez en sus planteamientos: Si hubo fraude fue contra la administración.

El momento más tenso ha venido en las preguntas de la popular Teresa Ruiz Sillero, cuando calificaba a Díaz y Velasco como "sus dos puntos débiles, sus dos delfines".

La respuesta fue una clara defensa de ambos: "Tanto Rafael Velasco como Susana Díaz son mis puntos fuertes, nunca han sido mis puntos débiles".

Y sobre la paralización de la formación, una frase casi calcada a la de Chaves: "No soy la presidenta de la Junta sino Griñán, pregúntele a ella. Mañana la tiene para preguntar lo que quiera".

A las 21.30 horas, con la última intervención de los comisionados del PSOE terminaba su comparecencia. Entonces Griñán se reclinaba en su silla, hacía una bola con el papel donde había tomado apuntes y saludaba al presidente de la comisión: "Ha sido un placer".