El Parlament de Cataluña ha rechazado este martes investir de nuevo en su cargo al presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, después de que éste no haya conseguido convencer a la CUP para que le diera los votos que necesitaba.

Mas precisaba en esta primera vuelta una mayoría absoluta de los parlamentarios, que no ha conseguido, ya que ha recibido 62 votos a favor (los de Junts pel Sí) y 73 en contra: los del resto de la oposición (C's, PSC, PP, SíQueEsPot y la CUP).

El pleno volverá a reunirse el jueves, cuando a Mas ya le valdría con una mayoría simple para ser investido presidente: tiene 62 votos asegurados, y con sólo 2 más afirmativos tendría 64 y podría tumbar los 63 contrarios a la independencia.

Si Mas consigue dos apoyos de la CUP y 8 abstenciones del mismo grupo será presidente: sumaría 64 'sí' frente a 63 'no' (C's, PSC, PP, SíQueEsPot) y 8 abstenciones (ocho de los diez escaños de la CUP): lo justo para ser reelegido en el cargo.

Bromas entre Mas y Baños

Al termino de la votación, Mas y el presidente del grupo parlamentario de la CUP, Antonio Baños han bromeado sobre la posibilidad de reunir en asamblea a los 62 diputados de Junts pel Sí (JxS) y los 10 de la izquierda anticapitalista para decidir la investidura del president.

En su réplica a Baños, advertido ya de que la CUP votaría en contra e imposibilitaría su investidura en primera votación, Mas ha sugerido, medio en broma medio en serio, que se reúnan un día los diputados de los dos grupos independentistas en el Parlament: "¿Por qué no nos reunimos un día los 72, votamos allí y lo decidimos?".

Sería, para Mas, la vía más fácil de desbloquear los apoyos que necesita de la CUP para alcanzar al menos la mayoría simple en la segunda votación, que tendrá lugar el jueves, consciente de las reticencias de la formación asamblearia a investirlo presidente.

"Me ha dado un infarto", ha ironizado Baños tras escuchar la propuesta de una asamblea de los 72 diputados independentistas.

Baños lo ha encajado como una broma y le ha seguido el juego, ha "aceptado" el reto aunque con la condición de que la votación sea secreta, una irónica alusión a las dudas que podrían tener los diputados de ERC a la hora de emitir su voto.

Artur Mas, con gesto serio tras la votación de investidura. Foto: EFE

En su última intervención en el Parlament, Mas ha insistido con la idea e incluso ha aceptado que se vote "secretamente", lo que ha alimentado las especulaciones sobre si finalmente la broma se convertiría en una realidad, pero fuentes de la CUP han señalado posteriormente que ninguna decisión sobre la investidura la tomarán de esta manera, puesto que la idea no era más que una "ocurrencia" del president.

La CUP no se fía de Mas

Antonio Baños había avanzado que su formación votaría en contra de la investidura de Mas como presidente catalán, al no fiarse de su promesa de poner fin a la etapa autonómica.

Baños ha asegurado que la CUP no tiene "ninguna seguridad" de que un nuevo Govern presidido por el actual presidente en funciones pasaría página al autonomismo para transitar hacia una república catalana y, además, echó en falta un compromiso para "levantar las alfombras" y destapar la "corrupción estructural" en Cataluña.

"El proceso no se encalla porque nadie puede encallarlo y, si piensa que es imprescindible -ha dicho mirando a Mas-, vaya a casa, descanse y vuelva el jueves", ha sentenciado Baños en su intervención en el pleno de investidura del Parlament.

"Un pueblo nunca debe sacrificarse por un solo hombre", y ha lamentado que durante demasiados años se haya identificado Cataluña con el entonces presidente Jordi Pujol, algo que la CUP no permitirá que vuelva a pasar con Mas.