"Activista socialista, republicano, laico, feminista, ateo, migrante, federalista, lgtb, latino, abogado, concejal madrid, secretario movimientos sociales psoe..."; todo esto y mucho más que no cabe en su perfil de Twitter era Pedro Zerolo, fallecido este martes en su casa de Madrid tras perder la batalla contra el cáncer.

"Voy a seguir haciendo lo que llevo haciendo durante mucho tiempo: no voy a dejar de estar en la calle, de seguir trabajando en el día a día y llevando el discurso socialista a todas partes", garantizó Zerolo en su última entrevista con Efe, el pasado 25 de enero.

Entonces, un año después de que le diagnosticaran la enfermedad, aseguró que mantenía las "fuerzas" de siempre y, con permiso del largo y duro tratamiento, lo cierto es que nunca dejó de cumplir sus responsabilidades como concejal o como dirigente socialista.

Fue el 7 de enero de 2014 cuando el concejal madrileño del PSOE y secretario de Movimientos Sociales del PSOE sorprendió a todos con un comunicado en el que informaba de que, tras una revisión médica, le había sido detectado un tumor, diagnosticado finalmente como cáncer.

Aquel día aseguró Pedro Zerolo que ya había iniciado el tratamiento y dejó claro que pretendía "luchar contra la enfermedad" y seguir con su trabajo "como servidor público de la ciudadanía madrileña" y con su "activismo social".

Sus compañeros en el Ayuntamiento -algunos incluso amigos y no solo del PSOE- y en el partido, como su familia, su marido y sus amistades, vieron como en unos meses desapareció su característica melena rizada y como lució con orgullo, por ejemplo en sus debates en el Pleno municipal, una cabeza completamente calva que por la calle cubría con un gorro.

La misma con la que todavía sonríe en su cuenta de Twitter, donde ha llegado a tener cerca de 74.000 seguidores y en la que, a diferencia de muchos, él también seguía a casi todos, más de 56.000 personas.

Hace solo diez días participó en el Comité Federal del PSOE y el pasado 1 de mayo asistió en Madrid a la manifestación del día del trabajo.

No importaba que para ello tuviera que calzar zapatos con varias tallas de más para aliviar el dolor que le producían las heridas de sus pies.

Quienes le conocieron bien a lo largo de una vida de lucha, por todas las causas, hasta el último día, hablan de él como un gran ser humano y una gran persona, siempre pendiente de los demás y comprometido.

Hablan de su sentido del humor y de su energía, la que aplazó durante más de un año el final anunciado por los agoreros.

Como en su lucha contra el cáncer de páncreas fue en todo lo demás, en su defensa del matrimonio igualitario, en su impulso a la ley de identidad de género para la personas transexuales, en su compromiso con la igualdad, con la mujer o con las minorías.

Por supuesto, también tenía sus detractores, como aquellas personas que le increpaban cuando acudía a la puerta del Ayuntamiento a los minutos de silencio que hace años se guardaban demasiado a menudo por las víctimas en atentados terroristas.

Su último tweet -de los casi 20.000 que escribió- fue para dejar un mensaje más en una de sus muchas luchas: "#ElMachismoMata Un hombre detenido por asesinar a su mujer #BastaYa".

Hoy era el día en el que Zerolo -nacido en Caracas, criado en Canarias y que en julio próximo hubiera cumplido 55 años- tendría que haberse sentado en su escaño en la Asamblea, ganado en las elecciones del 24M, aunque ya ayer no pudo acudir a retirar su credencial en la Junta Electoral Regional.

Como era una persona que a casi todo el mundo caía bien, cuando su jefe de filas, el candidato socialista a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, se levantó para recoger la credencial, con una carpeta que contenía un certificado médico que nadie vio necesario comprobar, la gente, los que iban a ser sus compañeros en el parlamento regional, aplaudieron con cariño.