Los equipos de emergencia reanudaron hoy, por cuarto día consecutivo, la búsqueda de los dos turistas españoles desaparecidos tras el naufragio de un crucero turístico el pasado sábado en el este de Indonesia.

"Los dos españoles continúan desaparecidos. Continúa la búsqueda, en la que participa el Ejército, la Policía y la agencia de rescate", indicaron a Efe fuentes de la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres indonesia.

En los últimos días, la búsqueda, en la que participan una docena de embarcaciones y al menos un helicóptero, se ha visto complicada por las fuertes corrientes y remolinos marinos provocados por los estrechos entre varias islas.

El barco turístico zarpó de la isla de Lombok para la de Komodo el 14 de agosto, en lo que debía ser un crucero de cuatro días, pero tras chocar contra un atolón coralino y con la mar agitada, comenzó a hundirse la madrugada del sábado cerca de la isla de Sumbawa.

La embarcación de madera carecía de radio o sistema de GPS, por lo que no pudieron emitir una alerta, y los náufragos se agarraron a una parte del barco que se quedó a flote y al bote salvavidas con capacidad para sólo cuatro personas.

Los equipos de rescate encontraron el domingo por la mañana a 10 náufragos -dos alemanas, dos españoles, dos hermanas inglesas, dos neozelandeses, una holandesa y un francés- y los llevaron a Bima, donde pasaron exámenes médicos y fueron alojados.

El domingo por la noche unos pescadores rescataron a otras 13 personas frente a la costa de la localidad de Sape, en el este de Sumbawa, adonde fueron trasladados y atendidos en el hospital local.

En este segundo grupo había ocho turistas -tres holandeses, tres italianos y dos alemanes- y cinco indonesios: el capitán de la embarcación, dos tripulantes y dos guías.

Bima se ubica en la parte nororiental de Sumbawa, isla situada entre la de Lombok (oeste) y la de Komodo (este), dos populares destinos turísticos de Indonesia.

Cientos de personas mueren cada año en el archipiélago indonesio en naufragios causados por temporales, infraestructuras precarias y el incumplimiento de las medidas de seguridad, como la sobrecarga de pasajeros y mercancías.