Las consecuencias de la crisis de los pepinos "serán peores de lo que podemos imaginar" y afectaran a todo el sector alimenticio y a la marca 'España', incluido al turismo; los gestores públicos "nunca cerrarán, ni las causas, ni los efectos finales", ni habrá indemnizaciones de la Unión Europea (UE).

Así lo ha asegurado este miércoles el profesor de marketing de Esade y experto en consumo Gerard Costa, quien, tras analizar la situación, ha afirmado que "el mal se ha iniciado, los ciudadanos ya han modificado sus comportamientos y hasta dentro de un año no veremos la dimensión económica real" de la alarma alimentaria.

En un comunicado, Costa ha recomendado al sector implicado "reaccionar rápido, actuar y dar seguridad al consumidor", sin depender de las Administraciones.

En su opinión, la compra de la alimentación es un acto rutinario pero "de profunda carga psicológica", por lo que el consumidor "reacciona, cambiando inmediatamente sus hábitos si percibe algún riesgo".

Según Costa, el problema es que los consumidores "no podemos dedicarle mucho tiempo a pensar y decidir en el proceso de compra, por lo que prescindir de un producto como éste resulta lo más fácil".

En estos momentos, según ha indicado, "ante cualquier consumidor o distribuidor, cualquier producto de España pasa a ser un peligro innecesario", por lo que algunas tiendas en Europa empiezan a mostrar rótulos comunicando que no tienen productos españoles, una situación que puede llegar a afectar a sectores como el turismo.

A la difusión por los medios de comunicación se suma el efecto de las redes sociales, que "ya han sentenciado" que la situación económica en España explica "que se trabaje al límite de la ley para tener precios bajos".

A su juicio, crisis sanitarias pasadas -como la gripe aviar- o alimentarias como la de las vacas locas o las contaminaciones de ostras o las espinacas dan alguna experiencia sobre cómo gestionarlas.

Por ello, recomienda ser el primero en informar, dando datos ciertos y cifras conclusivas; hacerlo con "la máxima empatía" hacia el consumidor y "su vivencia del problema"; y promoviendo que se actúe "destruyendo, devolviendo y consultando", ya que ello reduce "la ansiedad del ciudadano".

Por otra parte, Costa ha considerado que "no habrá ninguna indemnización" comunitaria a los productores afectados porque, según ya han argumentado "los gestores públicos", han tenido que decidir entre el coste económico o el social, para evitar posibles muertes.

Además, ha recordado que todo el sector de las hortalizas europeas, no sólo el español, se ha visto perjudicado por la crisis, puesto que también varios países, como Holanda, han tenido que tirar toda la producción.

En ese sentido, ha resaltado que se tendría que indemnizar a los demás países afectados, e incluso a otros sectores como el de la fruta.

Costa ha recordado la gravedad de esta crisis, puesto que el sector alimenticio está "muy tocado" por la situación económica y tiene "graves problemas estructurales", y el sector de las hortalizas del sur de España tiene como competencia en estos momentos a países del Tercer Mundo con un coste de mano de obra hasta 20 veces inferior al español.