Un grupo de siete presos de ETA apartados de la organización armada apuestan por "hacer oficial" de manera inmediata el fin del terrorismo y por "reconocer" el sufrimiento de las víctimas, además de considerar una "mera excusa" argumentar que requiere tiempo acabar con una actividad de 50 años.

Urrosolo Sistiaga, Andoni Alza Hernández, Rafael Caride Simón, Ibon Etxezarreta Etxaniz y Josu García Corporales, todos ellos internos en la cárcel alavesa de Nanclares de la Oca, quienes han respondido de manera colectiva a un cuestionario planteado por el suplemento "Larrun" de la revista "Argia".

Estos ex miembros de ETA, que se agrupan bajo la denominación "Presos comprometidos con el irreversible proceso de paz", insisten en la entrevista en la tesis que manifestaron por primera vez en una carta hecha pública en mayo de 2010, la de que ETA debe reconocer "en nombre de todos sus militantes" el daño infligido a sus víctimas y sus familiares, así como todos "sus errores y el dolor" causado a los demás en el pasado.

Los siete presos opinan que, sin más aplazamientos, ETA debe "cerrar de modo oficial la etapa de la lucha armada, escenificando que es para siempre".

Este colectivo piensa que el argumento de que una lucha de 50 años no se acaba de la noche a la mañana sino que requiere de tiempo "es una mera excusa", ya que "no es verdad" que haga falta tiempo "para dar por finalizado lo que ya está acabado".

Si ETA "se empecina" en "prolongar más la situación" corresponderá "a los que tienen poder de decisión en la izquierda abertzale dar por finalizada esa etapa", indican los presos.

Respecto a la situación de los reclusos de ETA, los siete presos de Nanclares opinan que se pueden hacer muchas manifestaciones en las calles para denunciar la dispersión y los malos tratos, pero consideran que la verdadera "llave" para solucionar estos problemas es "el final de la lucha armada".

A su juicio, pretender que las víctimas del terrorismo se impliquen a favor de un proceso de paz "podría ser demasiado pedir", pero "sería de agradecer" que se comenzaran a "cerrar las heridas" y a dar pasos para construir "puentes" y "puntos de encuentro".

En este sentido, valoran la presencia de dos viudas de ertzainas asesinados por ETA en un acto en homenaje al militante de la izquierda abertzale Santiago Brouard, tras lo que se preguntan "cuándo comenzarán a darse pasos similares" desde el lado del entorno de ETA.

Los reclusos creen que las víctimas, "más que palabras", desean que nadie más tenga que sufrir como ellas, tras lo que afirman que difícilmente se podrá construir "un futuro mejor y más esperanzador" si no se muestra respeto "a los que han sido damnificados".

Tras denunciar que fueron respondidos con "insultos" por parte del colectivo de presos de ETA cuando dieron a conocer sus tesis sobre el fin del terrorismo y el reconocimiento a las víctimas, los siete presos se congratulan de que "ahora Batasuna y Etxerat han firmado en el Acuerdo de Gernika, punto por punto" lo que ellos reivindicaban.

También defienden que el papel de los presos en el proceso de paz sea el de "poner en práctica lo que piensan sin miedo", tal y como, a su juicio, ha hecho el ex portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, quien desde la cárcel no se ha limitado a esperar a ver qué sucedía en el exterior sino que "ha dado pasos, publicando sus opiniones en la prensa, rechazando la violencia ante los jueces, pidiendo su libertad argumentando que la situación política ha cambiado".