A pesar del escaso interés que despierta la próxima presidencia española de la Unión Europea, casi veinticinco años después de la adhesión la mayoría de los ciudadanos está convencida de que pertenecer a ese grupo ha sido provechoso para el país.

De hecho, los españoles se sitúan por encima de la media europea cuando valoran los beneficios que la UE ha reportado a su país.

El último Eurobarómetro señala que el 64 por ciento de los españoles estima que pertenecer a la UE es algo bueno, frente al 53 por ciento de la media comunitaria, y el 66 por ciento cree que ha beneficiado al país, cuando la media de los 27 Estados miembros se sitúa en el 57 por ciento.

Esa ha sido la tónica, con ligeros altibajos, desde que España entró a formar parte de la entonces denominada Comunidad Europea en 1986.

Transcurridos apenas dos años, el 61 por ciento de los encuestados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) afirmaba que las cosas habían mejorado en España desde la adhesión al club de los doce (hoy ya veintisiete).

Y hace apenas un mes, la mayoría de los españoles (50,3 por ciento) se mostraba convencida de que si España no perteneciera a la UE las cosas le irían peor al país.

Las cifras son elocuentes, pero la paradoja es que la mayoría de los españoles se queda en casa cuando tiene la oportunidad de designar a sus representantes en el Parlamento Europeo, la única institución comunitaria elegida por sufragio universal directo de los ciudadanos.

Este año, el índice de participación en los comicios europeos no llegó al 45 por ciento y se batió el récord de abstención de todas las citas electorales europeas celebradas en España.

Y eso que, también según el CIS, siete de cada diez españoles se muestran a favor de la UE y dicen que las decisiones que se toman en ese marco afectan mucho o bastante a la vida de los españoles.

Otra muestra de desapego es el poco interés que demuestran los españoles hacia las informaciones procedentes de la UE.

El barómetro del CIS correspondiente a principios de noviembre mostraba que la mayoría (51,9 por ciento) no había escuchado hablar del semestre español en los medios de comunicación.

El 67 por ciento reconocía además que está poco o nada informado de los asuntos comunitarios y también eran más (el 56,1 por ciento) quienes admitían que las noticias europeas les interesan poco o nada.

El último barómetro del Real Instituto Elcano ofreció datos similares: hace apenas mes y medio el 57 por ciento de los encuestados no sabía que el 1 de enero España asume la presidencia de turno de la UE.

Para ver el vaso medio lleno, el Instituto destacó que desde el verano casi se había doblado el porcentaje de personas que conocían ese evento.

Desde la adhesión de España a la UE, el CIS ha preguntado también a los españoles por su sentimiento europeísta.

En 1989, un 26 por ciento de los ciudadanos se consideraba a sí mismo "a menudo" europeo, un 32 por ciento sólo se veía europeo "a veces" y un 31 no se veía "nunca" como ciudadano de Europa.

La pregunta ha cambiado su formulación, pero los resultados apenas muestran un mayor sentimiento de pertenencia al bloque europeo.

Hace diez años sólo el 5,2 por ciento de los encuestados decía que se sentía "sobre todo ciudadano español" y el último barómetro con esta pregunta, correspondiente al pasado verano, arroja exactamente el mismo porcentaje.

Sí ha aumentado el número de ciudadanos que se sienten españoles y europeos al mismo tiempo: representaban el 21,5 por ciento en 1999 y ahora son ya el 29,8 por ciento.

Como contrapartida, ha descendido el porcentaje de encuestados que se sienten "sobre todo españoles", del 65,4 al 57,5 por ciento.