El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, está convencido de que la recuperación económica ya se ha iniciado e incluso cree que su ritmo se va a acelerar, una tesis muy distinta a la del líder del PP, Mariano Rajoy, para quien España "se ha quedado descolgada" del inicio del fin de la crisis. Zapatero y Rajoy participaron ayer en una jornada organizada por la revista The Economist sobre la economía española, que según el jefe del Ejecutivo está "a punto" de volver a registrar crecimientos trimestrales aunque sean pequeños, un hecho con el que el líder del PP no se conforma porque, según advirtió, "resultaría irresponsable confundir el estancamiento con la recuperación".

El presidente del Gobierno abrió este foro por la mañana con un discurso en el que admitió que España saldrá "algo más tarde" de la recesión que sus socios europeos, pero porque también la empezó a sufrir después que ellos. Zapatero reconoció asimismo que aún no es posible saber "con qué fuerza" ni "con qué progresión" ha comenzado la recuperación, ni cuándo tendrá la economía "el vigor suficiente para crear empleo". Pese a todo, Zapatero pidió confianza para el Gobierno que preside, que ha mostrado ser capaz de adoptar decisiones "difíciles" como la subida de impuestos.

Una subida que, de nuevo, Rajoy aprovechó para criticar por no ver en ella la solución para reducir el "insostenible" déficit.

El líder del PP censuró una vez más la política económica del Ejecutivo, pero prefirió incidir en "su optimismo" en la recuperación, que se basa, dijo, en la capacidad de ajuste ante la crisis mostrada por las empresas y por las familias, y no en un Gobierno que "no ha hecho los deberes" y manda "mensajes equivocados".

La reforma laboral, reclamada desde hace tiempo por el PP y por organismos como el Banco de España y aceptada ya por el Gobierno como una de las medidas a tomar, fue objeto de debate. Así, Zapatero aseguró que espera que el diálogo social dé ya frutos en el primer trimestre del año que viene con la aprobación de medidas dirigidas a mejorar el mercado de trabajo. A este respecto también se refirió la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, que participó tras Zapatero en esta jornada y reconoció que para que el empleo sea "más estable" serán necesarios "cambios importantes" en el mercado laboral, que serán "eficaces y duraderos" siempre que se aprueben con el máximo consenso con los agentes sociales. Salgado también abogó porque la negociación colectiva se adapte a la situación de la economía, con la disminución, por ejemplo, de la jornada laboral o incluso de los salarios, en lugar de optar por la destrucción de empleo. Mientras, Rajoy recordó que la reforma laboral es "una de las más necesarias y urgentes" para la economía española, y debe aplicarse sobre varias áreas: la formación, la intermediación y la negociación colectiva, así como para acabar con la dualidad de la contratación.

Si en algo coincidieron Zapatero y Rajoy fue en la necesaria reestructuración del sistema financiero, un proceso que el presidente espera que haya concluido la próxima primavera. También Salgado apuntó que el sector financiero tiene que adaptarse a un mercado más pequeño y un entorno más exigente, y advirtió de que, a pesar de la reordenación, 2010 será un año "previsiblemente complicado" para bancos y cajas en términos de rentabilidad y morosidad.

Por su parte, Rajoy lanzó una propuesta para que la banca responda al apoyo recibido con una medida que puede ayudar al sector más afectado por la crisis, el inmobiliario y a reactivar el mercado de la vivienda en España.

Así, el líder del PP reclamó que las entidades financieras que se reestructuren con la ayuda del dinero público procedente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria pongan a la venta "con grandes descuentos" las viviendas que tengan entre sus activos.