El ganadero y guarda forestal Santiago Mainar insistió ayer en su inocencia en el asesinato del alcalde de Fago, Miguel Grima, y explicó que se inculpó "para llamar la atención" y tras llegar a un acuerdo con la Guardia Civil para que dejaran de presionar a los vecinos de la localidad oscense. En la primera jornada de la vista oral por el crimen de Fago, ocurrido en el mes de enero de 2007, el único acusado ha respondido a las preguntas del fiscal, Felipe Zazurca; de los abogados de la acusación, Enrique Trebolle y José María Viladés, y de su letrado, Marcos García-Montes, durante poco más de dos horas y media.

"No he matado a nadie, no he matado a nadie", repitió Mainar, quien explicó que consideró un "deber" autoinculparse, ya que "lo que se ha consentido en Fago, por parte de los partidos políticos y de los juzgados, es inadmisible en un Estado de Derecho y en una democracia". A su juicio, durante este tiempo ha habido "un desprecio absoluto" a los intereses de los vecinos de la localidad pirenaica por parte de la autoridad judicial y, en este sentido, apuntó que "los juzgados no son libres cuando en una causa aparecen siglas políticas, y Fago lo ha demostrado". "No creo en la independencia de los jueces", reclamó.

Con sus primeras palabras quiso dejar claro que es inocente. Explicó que se inculpó del crimen para llamar la atención, tras llegar a un acuerdo con la Guardia Civil y con el único objetivo de que los agentes dejaran de presionar a los vecinos de Fago, y sobre las incoherencias de su primera declaración, preguntado por el fiscal, insistió en que estuvo varias horas en un calabozo, "sin luz, sin comida, con un agua seguramente con algún tipo de barbitúrico".

"La lucidez mental y la claridad mental" en esos momentos era "escasa", apuntó Mainar, quien comentó que los hechos los basó en "un guión mental de tres semanas", es decir, en la información que conocía porque había sido publicada en los medios de comunicación o por comentarios que le hicieron terceras personas (cazadores, periodistas o vecinos), a quienes no identificó.

También comentó que es una persona acostumbrada a la lectura y a novelas policíacas, por lo que fue ideando una función teatral y "acomodando" su "invención a la realidad". Otra de las cuestiones a la que se refirió, preguntado por el fiscal y por los dos abogados de la acusación, su sobre su relación con el alcalde, inexistente desde hace unos años por diferencias sobre la forma de gestión que debía llevarse a cabo en el pueblo, apuntó Mainar, quien agregó que en su opinión era una persona "con algún tipo de alteración". Dijo que estaba "indignado" con el alcalde. "Ante la arbitrariedad me indigno", recalcó, al tiempo que ha explicado que se limitó a diferenciarse de sus "fechorías". No obstante, en respuesta a las preguntas de su letrado, afirmó que aunque él no estaba de acuerdo con la gestión "arbitraria y caciquil" del alcalde, su manera de resolver los problemas y las diferencias es el diálogo y la palabra.

La defensa hizo un especial hincapié en las declaraciones del médico vasco que afirmó haber visto al asesino en la carretera poco después de haberse cometido el crimen, una persona alta, con voz ronca, de tez morena, características completamente diferentes a las de Santiago Mainar, dijo García-Montes, quien cuestionó, asimismo, las condiciones en las que el procesado prestó declaración o la forma en que la Guardia Civil le tomó muestras para las pruebas periciales. El ganadero justificó la presencia de sus huellas en el coche del alcalde al verse obligado a moverlo, el mismo día del crimen, porque éste lo había dejado aparcado, con las puertas abiertas y las llaves puestas, en la puerta del garaje de Mainar, mientras que dijo que los restos de pólvora en sus manos se deben a su trabajo diario (como recoger casquillos en el monte), ya que aseguró que hace años que no dispara una escopeta. El hecho de que Mainar sea zurdo, las cataratas que sufre en uno de sus ojos, la imposibilidad de andar durante cuatro horas por el monte, después de haber abandonado la cazadora tal y como dijo en su declaración, por el frío intenso; o la posibilidad de que el alcalde de Fago volviera a casa por la nueva carretera y no por la de Majones fueron otra de las cuestiones a las que se refirió García-Montes para tratar de cuestionar el testimonio inculpatorio de su cliente.