La Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega) afirmó que 10.000 toneladas de los residuos recogidos tras el accidente del Prestige en las costas gallegas continúan todavía "acumulados" en la planta de Sogarisa, en As Somozas, sin ser tratados y alertó de que tras el la catástrofe provocada hace siete años por el petrolero, las rías "cada vez producen menos".

En una entrevista concedida a Europa Press, el secretario ejecutivo de Adega, Fins Eirexas, aseguró que de las 80.000 toneladas de residuos inicialmente destinadas a As Somozas, en la actualidad permanecen 10.000 "acumuladas" en "balsas improvisadas en un primer momento" y "sine die", esperando a ser tratadas.

Aunque Eirexas confió en que este fuel permanezca "en las condiciones adecuadas", indicó que la premisa inicial de ser "tratados rápidamente" no se ha cumplido y "a día de hoy permanecen amontonados" en la planta mientras "Xunta y Estado se pasan la pelota" sobre el coste de esta actuación.

En esta línea, Eirexas pidió que se le de "un final a este tratamiento", en el que "solo se recicla el 3 por ciento" de los residuos recogidos, mientras que los restante "hay que deshacerse de él mediante incineración u otros medios porque son residuos tóxicos".

"La Xunta pretende mirar para otro lado y eludir responsabilidades", indicó el secretario executivo de Adega, que acusó al Gobierno de alargar el proceso por reclamar fondos al Estado para el tratamiento de los residuos.

Efectos a largo plazo

Cuando se cumple el séptimo aniversario del accidente del Prestige, Fins Eirexas mostró su preocupación por los "efectos crónicos y a largo plazo" de la presencia de fuel en la costa gallega, dado que "estos contaminantes son acumulativos en los organismos vivos" y a lo largo de la cadena trófica recaen en los consumidores de pescados y mariscos.

En esta línea, y aunque aseguró que la "gran capacidad de recuperación de la costa gallega" ha provocado que se superase la "fase aguda", Eirexas criticó que "hasta ahora prácticamente no hay hechos estudios serios" sobre los efectos a largo plazo de la contaminación del Prestige.

Concretamente, Fins Eirexas señaló que la Universidade de Vigo, con la investigadora Ana Bernabeu, está analizando ahora los efectos a largo y medio plazo sobre el ecosistema de las "toneladas de fuel" que permanecen enterradas en los arenales gallegos y en rocas "de difícil acceso" como "una bomba de relojería de liberación lenta" para la costa gallega.

Sin embargo, el responsable de Adega indicó que "no se realizaron suficientes estudios para relacionar picos de disminución brusca de la productividad de determinadas especies" con los efectos contaminantes del fuel. En concreto, alertó de que el pulpo "no recuperó aún su productividad" anterior, las mareas negras "tienen una incidencia cada vez mayor", la cigala "está prácticamente extinta" y las rías gallegas "cada vez producen menos". "No es probablemente la única causa, pero no se han hecho estudios serios para saber en que medida el Prestige influyó en esto", sentenció.

Ausencia de medidas de protección

Por otra parte, Eirexas se mostró "bastante preocupado" por la ausencia de medidas de protección ante nuevas catástrofes, dado que, indicó, aún no existen "planes de evacuación de la población" ni "protocolos médicos" para hacer frente a otro Prestige.

Aunque reconoció que "se han dado pasos", como la "separación del tráfico" o la protección "ante buques monocasco", Fins Eirexas apuntó que el primer buque anticontaminación de la Unión Europea, con base en Vigo, se anunció a principios de 2009, "siete años después" y que no existen todavía lugares de refugio, obligados por la UE en 2003. "Habrá que esperar hasta que haya otra catástrofe para que se hagan", señaló.

Asimismo, criticó que el equipo técnico de coordinación de la lucha contra la contaminación, con base en A Coruña, haya sido "desmantelada" y traslada desde Galicia hasta Madrid por el Gobierno central.

Riesgo elevado

Ante todo esto, Fins Eirexas consideró "insensato olvidar" la necesaria protección contra este tipo de sucesos, sobre todo porque, apuntó, Galicia se encuentra "en la franja de alto riesgo" para que ocurra un nuevo Prestige.

"Es una certeza estadística el que cada 8 años de media se accidenta un petrolero en nuestras costas", indicó Eirexas, que consideró que "todavía quedan cabos sueltos" y "cosas por hacer". "Que no olviden que esto va a volver a ocurrir, quizás se demore un poco más por las medidas adoptadas, pero no cabe duda de que ocurrirá de nuevo", sentenció.