Con la sonrisa forzada, pero con la cabeza alta por la convicción de que en ningún momento ha faltado a la verdad, ha afrontado hoy Manuel Cobo su suspensión de militancia cautelar del que durante 23 años ha sido su partido.

Cobo (Ponferrada, 1956) se afilió al PP en 1986, justo al día siguiente de que este partido perdiera las elecciones generales; el primer ejemplo de una lealtad que, según él, todavía mantiene y que le ha llevado a acatar con disciplina la decisión del Comité Nacional de Derechos y Garantías.

El actual vicealcalde ejercía entonces de abogado para el grupo inmobiliario Camuñas y gozaba de una situación económica desahogada debido a la riqueza patrimonial de su padre, el empresario Cobo Calleja, propietario de un importante polígono industrial de la Comunidad de Madrid, que incluso lleva su nombre.

La "traición" hacia Alberto Ruiz-Gallardón del diputado Nicolás Piñeiro (PRIM) -el transfuguismo del segundo impidió al primero hacerse con la presidencia de la Comunidad de Madrid a través de una moción de censura- fue, paradójicamente, lo que llevó a Cobo a decirse a entrar en política en 1991 de la mano del que a partir de entonces sería su gran valedor.

Cuatro años después, Gallardón empezó a ganar elecciones consecutivamente y por mayoría, dos a la Comunidad y las últimas al Ayuntamiento de la capital, y, desde entonces, a su mano derecha no le han faltado misiones cada vez más notables, y siempre muy cerca de su idealista y ambicioso jefe.

El leonés ha sido, entre otras cosas y por orden cronológico, secretario del PP en la Asamblea, portavoz popular en la Cámara regional, consejero de Presidencia, responsable de una hiper dotada Consejería de Hacienda, vicealcalde (ya en el Ayuntamiento), y, siempre y ante todo, mano derecha y fiel escudero de Gallardón.La trayectoria del alcalde de Madrid en los últimos años no se entendería sin Cobo, aunque los caracteres, gustos y aficiones de ambos tengan poco o nada que ver.

A diferencia de Gallardón, el vicealcalde es impulsivo, encendido, bromista, pasional y campechano.

Forofo hasta la médula del Real Madrid, fan de Joaquín Sabina y aficionado a los toros, y en especial a José Tomas, a Cobo le fascina casi todo lo contrario que al alcalde, con quien sólo comparte el interés por las motos.

Casado con una farmacéutica que jamás acude a actos públicos, Cobo es padre de cuatro hijos, la mayor de los cuales, casualidades de la vida, contrajo matrimonio el mismo día que el primogénito de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la que ha sido el blanco de las críticas que hoy le han costado al vicealcalde la militancia.