El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo ayer una visita sorpresa a las tropas españolas desplegadas en el Líbano y mostró su orgullo por la tarea que realizan, una misión "digna" en favor de la paz que, dijo, hace grande a España y a las Naciones Unidas.

Zapatero partió de madrugada desde la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) para llegar por la mañana temprano a Beirut, en cuyo aeropuerto se entrevistó con el primer ministro libanés, Fuad Siniora.

Poco después, en un helicóptero Superpuma y acompañado de su ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y del jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Félix Sanz Roldán, se desplazó hasta la base Miguel de Cervantes, en Marjayún, donde está destacada la mayoría de los 1.100 efectivos españoles en el Líbano.

España es el tercer contribuyente a la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), que vela por la paz en el país tras los enfrentamientos librados en el verano de 2006 entre las fuerzas de Israel y la guerrilla chií Hizbulah.

"La paz es la tarea", manifestó Zapatero antes de compartir una comida con los soldados y oficiales en la base.

Ayer el brindis estuvo dedicado al Rey, a quien el presidente del Gobierno felicitó en su setenta cumpleaños "en nombre de todos los servidores de España".

El "por el Rey" fue seguido de un espontáneo "viva España", gritado por un soldado y coreado por todos los comensales.

Zapatero resumió su mensaje a las tropas con las palabras "reconocimiento y agradecimiento" por un trabajo que exige "compromiso, entrega, sacrificio" y, que, en ocasiones, comporta también un alto riesgo.

Recordaba así, nombre a nombre, a Juan Carlos, Jonathan, Jeyson, Manuel David, Jefferson y Yhon Edisson, los seis soldados que murieron el 24 de junio cerca de la localidad de Jiamen, en un ataque contra el vehículo blindado en el que patrullaban.