El presidente del PP, Mariano Rajoy, ofreció ayer un "nuevo consenso" para recuperar la concordia y la unidad frente a la actitud del Gobierno de "cuestionar" la herencia de la Transición, y, para ello, anunció que pedirá la confianza de quienes votaron antes a la izquierda. Rajoy resumió en esa oferta su proyecto de gobierno, expuesto en el acto de presentación de su candidatura a la jefatura del Ejecutivo celebrado en Valencia y en el que estuvo arropado por la cúpula de su partido.

Ante unos 15.000 simpatizantes, según los organizadores, el líder del PP pronunció un discurso en el que dijo que su pretensión no era hablar del Gobierno actual, sino de futuro y de ilusión, y en el que no se refirió a cuestiones de actualidad como los problemas de las infraestructuras en Cataluña.

Rajoy se comprometió a abrir una nueva etapa de estabilidad, progreso y bienestar, en el que ese nuevo consenso "sirva a todos, piense en todos y exija a todos", y se ofreció para "liderar las ganas de cambio" ante la "miopía" del actual Gobierno.

El presidente del PP se proclamó orgulloso de la historia de España, "a la que -dijo- no quito una coma ni pretendo contarla de manera distinta a cómo sucedió". "Yo asumo todas sus páginas", aseveró antes de agradecer la labor de quienes hicieron la Transición, "dejando atrás los reproches y sumando voluntades", y lamentar que el Gobierno "cuestione" esa herencia. Por contra, él aseguró que ha aprendido de quienes no piensan igual y comparte lo que hizo durante la Transición una parte de la izquierda.

Fue entonces cuando adelantó su intención de pedir la confianza de quienes votaron a la izquierda en el pasado, planteamiento que justificó por la necesidad de sumar las voluntades de quienes creen que "la igualdad no puede ser doblegada por el egoísmo de los privilegios" y de estar unidos los que quieren que no se rompa la unidad de España. Una unidad en la que ve compatible el respeto a su diversidad con la solidaridad entre sus Comunidades y en la que se hablen las lenguas cooficiales pero todos puedan utilizar el castellano.

"Quiero una España en la que cumplir la ley, honrar nuestra bandera y nuestros símbolos no sea un acto de heroicidad, sino un ejercicio de normalidad democrática; una España en la que no se negocie con terroristas", añadió. Cambiar la falta de energía por la decisión, proteger a la familia, e impulsar nuevas reformas económicas y una mejor educación fueron algunas de sus apuestas para evitar que "España acabe en la cuneta". Rajoy defendió la actuación del PP en los últimos años al considerar que "ha frenado muchos disparates" y ha sido un dique frente a la "marea de frivolidad, demagogia y relativismo".

Entre aclamaciones de "¡presidente!", dijo ser el candidato "del mejor partido de Europa" y dijo haber dado media vida por el PP y al mismo tiempo el partido le ha devuelto toda una vida.