El líder del PP, Mariano Rajoy, proclamó ayer que sólo hay "una nación, la española", y que el Estado autonómico "no significa que la nación se fragmente en parcelas" en un acto de homenaje a la Constitución española organizado por los populares, que llenó la Puerta del Sol de Madrid.

Rajoy reapareció ayer públicamente tras el accidente del jueves en Móstoles al estrellarse el helicóptero en el que viajaba junto a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, del que resultaron ilesos.

El acto de los populares, al que asistió el ex presidente del Gobierno José María Aznar, reunió a unas 200.000 personas, según fuentes de la dirección del PP, asistencia que coincidió con la estimada por la Comunidad de Madrid, teniendo en cuenta una ocupación de seis personas por metro cuadrado. La Delegación del Gobierno no facilitó datos de asistencia a este acto porque sólo lo hacen en las manifestaciones con recorrido.

El acto comenzó con la lectura por parte de 19 militantes y concejales del PP, uno por cada región y ciudad autónoma, de determinados artículos de la Carta Magna.

A continuación, arropado por la directiva nacional del PP, entre ellos Angel Acebes, Eduardo Zaplana, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, el líder del partido dijo: "estar censados en una comunidad autónoma no significa que dejemos de ser todos ciudadanos, todos españoles y todos iguales ante la Constitución".

Entre los asistentes también destacaron algunos de los presidentes autonómicos, entre ellos los de Murcia, la Comunidad Valenciana y Castilla y León; así como líderes regionales del partido, como el catalán Josep Piqué, el andaluz Javier Arenas, la vasca María San Gil, el extremeño Carlos Floriano y el canario José Manuel Soria, entre otros.

Rajoy, escayolado hasta el antebrazo, afirmó, en respuesta a las críticas vertidas desde el Gobierno y el PSOE contra este acto, que fue convocado para "renovar" el compromiso con la Carta Magna, con la democracia y con el régimen de libertad establecido en el año 1978. "No formamos una nación de naciones, sino una nación de personas, de ciudadanos libres e iguales", aseveró Rajoy, quien aseguró que el PP no acepta ni aceptará que la Constitución "se convierta en una apariencia, en una ficción o en un fantasma de la libertad".

"No estamos sometidos"

Interrumpido constantemente con gritos de "España, España", "Rajoy, presidente" y "Rajoy a la Moncloa", aseguró que España "siente añoranza por aquel espíritu de concordia, sensatez y respeto que abrió camino" a la Carta Magna. Señaló que España "no es una sociedad cerrada en la que no hay nada que decir porque ya está todo dicho y sólo cabe obedecer a un destino que han determinado otros", y agregó que "no estamos sometidos al dictado de un tirano, de un partido totalitario o de un credo nacionalista obligatorio, no lo estamos".

Rajoy también tuvo palabras para la Monarquía como un "fruto importantísimo" de la Constitución y afirmó que ésta "ha sabido ganarse el cariño y el reconocimiento de la gente".

El presidente del PP tuvo duras palabras de críticas hacia la política del Gobierno de Zapatero ya que, apuntó, "no es lo que acordamos en 1978 y no es lo que quieren los españoles", y advirtió de que "el futuro común no se construye con radicalismos, intolerancia y mal talante".

Asimismo, manifestó que "se están violando los derechos de muchos españoles, sin que nadie haga nada por impedirlo. Hay españoles a los que se quiere condenar al silencio, por razón de su lengua o por expresar sus ideas, y que han perdido la tutela del Gobierno", tras lo cual la gente profirió gritos a favor de la Cadena COPE.

Respecto a la reforma de la Carta Magna, reconoció que "se alzan voces diversas que reclaman una reforma de la Constitución. ¿Hay que reformarla? Si es necesario, sí; si no lo es, no", manifestó.

Para concluir el acto Rajoy pidió a los asistentes para que "se os oiga en toda España, desde Finisterre hasta el Cabo de Gata y desde el Pirineo hasta Lanzarote" que gritaran con él: "¡Viva la Constitución! ¡Viva la libertad! y ¡Viva la nación española!".