El Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) nombró ayer al magistrado Javier Gómez Bermúdez presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, frente al candidato Baltasar Garzón, que fue apoyado por los vocales de la denominada minoría progresista. Estos acusaron a la mayoría conservadora de relegar a Garzón por manifestarse públicamente contra la guerra de Irak, a pesar de contar con más méritos que Bermúdez, lo que fue rechazado por el sector mayoritario, que aseguró haberse basado únicamente en criterios de idoneidad para el puesto.

Los dos sectores principales del Consejo se enfrentaron en el Pleno por otros nombramientos, como el de presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, para que el fue elegida María Eugenia Alegret y no Guillem Vidal (candidato de los progresistas), o el de presidente de la Sala Tercera, de lo Contencioso-Administrativo, del Tribunal Supremo, que ocupará Ramón Trillo y no el ex ministro socialista Fernando Ledesma, apoyado por la minoría.

Los progresistas denunciaron que sólo se había aprobado su propuesta en dos de los once nombramientos realizados. Se trata de la designación de Margarita Robles como magistrada de la Sala Tercera del Supremo, y de Francisco Javier Sánchez-Pego, como miembro de la Sala Cuarta.

En cuanto a Javier Gómez Bermúdez, actual juez Central de Menores y de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, fue elegido en cuarta votación al obtener 11 votos de los 20 miembros actuales del CGPJ. El vicepresidente del Consejo, Fernando Salinas, y el vocal Javier Martínez Lázaro, ambos de la minoría progresista, achacaron a la postura pública de Garzón contra la guerra de Irak el hecho de haber sido rechazado para el cargo por la mayoría conservadora. Destacaron que era el candidato con mejor currículum, que está mucho más arriba en el escalafón judicial que Gómez Bermúdez y que tiene once años de antigüedad más que él en la Audiencia Nacional, además de tener doce doctorados honoris causa por universidades extranjeras.