Juicio
Una conjura de demandas salva la senda Arrecife Murcia-Cartagena en La Raya
La hija del demandado salió en su defensa y lamentó que la vía se promociona en redes sociales como ruta senderista
El Consejo de Hombres Buenos dicta mantener el paso de personas por la vía y obliga al propietario a tirar su actual vallado

Alberto Aldeguer Aznar
Varias demandas se han presentado de forma conjunta en la última sesión del Consejo de Hombres Buenos de Murcia para defender una senda de herradura en la pedanía de La Raya. El alcalde pedáneo de la localidad, José Hernández, acudió en representación de Isabel Pérez Martínez, entre otras personas, para reclamar que el demandado, Miguel Ángel Jiménez, araba la vía de forma habitual y dejaba crecer de más las ramas de sus cipreses.
Diego Frutos, el presidente del Consejo de Hombres Buenos, explicó que el 16 de abril se citaron a todas las partes en la senda, donde se intentó llegar a un principio de acuerdo. Después, se volvieron a citar a todas las partes a un intento de conciliación en dos ocasiones pero, ante la negativa expresa del demandado, el caso derivó en el juicio celebrado este jueves en el salón de plenos del Ayuntamiento.
El pedáneo de La Raya y portavoz de los demandantes, José Hernández, explicó que esa vía, llamada Arrecife Murcia-Cartagena, había existido "desde siempre", y que daba acceso a todos los terrenos de la zona, así como a unas casas ubicadas junto al río. Hernández también concretó que, cuando los antiguos propietarios vendieron el terreno a Jiménez, en las escrituras quedaban establecidas las entradas al terreno. Sin embargo, señala que el demandado levantó el muro donde quiso.
El pedáneo concretó que no había habido ningún problema con esa senda hasta 1993, cuando el demandado estaba construyendo una casa y echó escombros y tierra en la senda. Los vecinos de la zona mandaron un escrito al Ayuntamiento, que intermedió y el problema se solucionó. Pero las tensiones se avivaron de nuevo a partir de 2017, cuando el demandado comenzó a pasar con maquinaria agrícola por la vía para ir de un terreno a otro, hecho que estaría deteriorando y desdibujando la vía.
Hernández también relató otro episodio, en el que Jiménez dejó crecer demasiado los cipreses que tiene junto a la valla y algunas ramas cayeron al suelo en el tramo de la senda que pasa por la calle Floridablanca hacia el río Segura. El pedáneo asegura que le pidió al propietario que lo hiciera e incluso se ofreció él mismo a hacerlo pero, ante la negativa de Jiménez, terminó por 'cortar por lo sano' con sus propias manos y recortó las ramas que sobresalían.
El presidente de la pedanía de La Raya argumentó, además, que tras la muerte de dos propietarios, que hacían presión para proteger la senda, el demandado pasó a hacer la labranza con un tractor grande, que arañaba aún más la senda. La viuda de uno de los propietarios, quien no tenía vehículo propio, tenía que ir al médico un par de veces por semana y, para ello, tenía que pasar por esa senda, pero el propietario no estaba dispuesto a dejar de pasar con el arado por esa zona.
Una vía para animales
Por su parte, la letrada que representa a la parte demandada, Ana Martínez, defendió que las sendas de herradura están destinadas, principalmente, para el paso de mulas y caballos. Además, aportó fotografías que muestran cómo el alcalde pedáneo promociona la localidad en redes sociales, por ejemplo, con caminos senderistas como el que protagoniza el juicio.
La abogada llamó como testigo ocular a María Encarnación Jiménez, hija del demandado, quien aseguró no haber visto pasar a nadie con aperos para el cultivo en los 30 años que lleva viviendo allí. La testigo explicó que siempre han pasado personas por esa vía, pero cada vez iba a más y ya no era solo con el objetivo de llegar a casa. Pasear al perro, visitar el río o hacer deporte, "cosas para las que no estamos aquí", concluyó la testigo antes de abandonar la sala donde se celebró el Consejo.
En cuanto a la parte demandante, aportó un mapa de 1970 realizado a mano alzada por el servicio topográfico municipal, que estaba en el Archivo Municipal, así como documentos que muestran las modificaciones que ha sufrido el terreno y fotografías del lugar hasta este 2025 para demostrar que "la senda siempre ha estado", defendió el pedáneo de La Raya, quien también presentó el escrito fechado en 1993 y firmado por todos los vecinos que enviaron al Ayuntamiento para solucionar la primera discusión con el demandado.
Sentencia
Finalmente, el Consejo de Hombres Buenos decidió estimar la sentencia de los demandados y mantener la servidumbre, es decir, el paso de personas, de la senda llamada Arrecife Murcia-Cartagena. Para los miembros del Consejo, las fotografías y el plano cesado por el Ayuntamiento demuestran la antigüedad de la vía, por lo que la sentencia dictada establece que el demandado debe mantener la senda despejada y, además, retraer la valla un par de metros. El muro no se erigió bien en su momento, por lo que el propietario debe retirarlo y, en todo caso, volver a construirlo. Jiménez también debe cortar todas las ramas que sobresalen de sus propiedades a la altura del vallado.
La sentencia dictada por el Consejo es como la de cualquier tribunal ordinario y, si se quiere interponer un recurso, el caso quedaría en manos del Tribunal Constitucional. Además, hay un plazo de un mes para cumplir la sentencia y, si no se hace, el Consejo ejecutaría la sentencia de forma subsidiaria.
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