Fiestas de Primavera

El pasacalles sardinero invade el centro de Murcia: un reventón festivo hasta las cenizas

Miles de personas abarrotan la calle Trapería, Santo Domingo y el paseo Alfonso X para recibir a los centenares de sardineros que reparten pelotas, pitos, juguetes, peluches y colgantes

Doña Sardina y los sardineros reparten juguetes este sábado durante el pasacalles

Adrián González

Adrián González

Adrián González

No había ni un solo motivo para no salir a la calle y celebrar uno de los días grandes y más esperados en la capital del Segura desde bien entrada la mañana. Se daban todos los ingredientes necesarios para vivir una jornada espléndida y festiva en un sábado más que primaveral.

Un sol de justicia dejaba al descubierto camisetas de manga corta y tirantes durante el tradicional pasacalles sardinero y desfile de Doña Sardina. La alegría, el jolgorio y las risas de las miles de personas que abarrotaban cada metro cuadrado del paseo Alfonso X —lugar que ya se ha convertido en el epicentro del consolidado 'mañaneo' y 'tardeo' del día del Entierro de la Sardina en Murcia— creaban un ambiente festivo inigualable: y es que más de 3 millones de juguetes se repartirán este año.

Los sardineros eran los actores principales sobre el largo escenario que conformaba el histórico paseo peatonal del centro de la ciudad: el sonido de los pitos que iban dando, las luces de los distintos collares y juguetes de plástico que iban sacando del interior de sus enormes bolsas —sobre todo a los más pequeños— conformaban un clima que iba ganando en decibelios con el paso de las distintas charangas, batukadas -con especial mención a la de D’akokan, una de las más numerosas- que acompañaban a los distintos grupos sardineros. Tanto ellos como buena parte del público se colgaban los pañuelos sardineros de distintos colores.

Algunos de los primeros grupos que pasaban por Alfonso X desde Santo Domingo hasta la Circular eran Eros, Ulises, Polifemo o Plutón. De este último grupo, uno de sus integrantes, Nicolás Sánchez, abría boca a los más pequeños repartiendo los primeros pitos: "Llevamos de todo: gafas de plástico de colores, juguetes de plástico, diademas, pendientes, colgantes, pelucas pequeñas... Todo esto es para ellos", decía rodeado de un corro de pequeños.

Aunque muchos ya llevaban años viviendo este momento, otros se estrenaban como miembros de un grupo sardinero. Era el caso de Miguel Ángel Bernal, de Polifemo: "Ver la cara de los niños pequeños cuando les damos las cosas es lo más importante. Lo disfrutamos nosotros, pero sobre todo ellos. Es para decir 'bien alto ¡Viva Murcia!'", decía mientras repartía pulseras y pitos.

Regalos y juguetes en la hora del aperitivo

El Entierro de la Sardina demostraba un año más en sus primeras horas que era una fiesta abierta a todos los públicos: desde los más pequeños que recibían con ilusión los distintos juguetes de los sardineros, hasta los grupos de jóvenes que ya comenzaban con su aperitivo en las barras.

Familias enteras acudían con bolsas para tratar de hacerse con el mayor de los botines: todo aquello que los sardineros iban dando y lanzando. "Es la misma locura de gente que va a haber por la noche", decían los que estaban en filas atrás y no conseguían (al menos por ese momento) coger nada.

Una de las sorpresas de la mañana la daba el grupo sardinero Plutón. Sus miembros, así como la charanga Tropa Chequera, se trasladaban hasta uno de los laterales de la plaza Romea para tirar pelotas, como venían haciendo en los últimos años, pero también —y este año como novedad— peluches.

"Tirar pelotas nos parecía poco y este año hemos comprado también bolsas y bolsas de peluches. Nos parecía una buena idea: así los críos no se van a casa con una pelota que enseguida se desinfla y se pierde", contaba Leandro Gomariz, de Plutón.

Doña Sardina inicia la locura

Una vez pasado ya el mediodía, la comitiva formada por el presidente de la Agrupación Sardinera, Pablo Ruiz Palacios, y Doña Sardina, Lidia Torrent, comenzaba a pasar por Alfonso X regalando distintos juguetes, pitos y colgantes a todo el público, que entró en ebullición. Detrás de ellos se iban uniendo los casi 400 miembros de los 23 grupos sardineros que conforman toda la fiesta del Entierro de la Sardina.

Durante la mañana también se dejaban ver varios grupos de despedidas de soltero y soltera procedentes de otros puntos de la Región e incluso de comunidades limítrofes, que descubrían que Murcia brillaba en este día con fuerza.

El calor, desde luego, se combatía con litros y litros de cañas de cerveza. Pero también con la música en directo repartida a pocos metros de Alfonso X, como el Espacio Sardinero habilitado en la calle Basabé en la que fueron pasando Celes, Adef, Salmerock y, ya a la tarde, harían lo propio Carlos Areces y Dingy. También el público que llenaba la plaza del Romea vibraba con las actuaciones de Nito Rock y El Sotano del Doctor.

A mediodía, si uno se había despistado y se había retrasado para quedar con su grupo de amigos, lo difícil era poder dar con ellos y caminar con cierta facilidad por un paseo que estaba repleto de personas. También era difícil encontrar un hueco libre otros puntos emblemáticos de Murcia, como la plaza Santo Domingo, la calle Trapería o la plaza del Teatro Romea.

La gran 'tronaera' de fuegos artificiales al filo de pasadas dos de la tarde en la plaza Circular antecedía a calles repletas de murcianos y visitantes que acudían en masas a las barras, bares y restaurantes para reponer fuerzas a través de la comida y seguir aguantando el tipo durante el 'tardeo'. 

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