Medio centenar de carrozas reviven y escenifican las raíces huertanas

La ciudad de Murcia hizo espacio entre altavoces y barras para el acto más tradicional de su día grande: el desfile del Bando de la Huerta, que partió a las 17.00 horas desde la avenida San Juan de la Cruz hasta llegar a la avenida Constitución. Huertanos, turistas y puestos ambulantes se congregaron en Gran Vía en busca de sillas para disfrutar del homenaje a las raíces huertanas; el Puente Viejo se convirtió en un río de chalecos y claveles; y las raíces huertanas desfilaron ante murcianos y visitantes en el día clave de las Fiestas de Primavera. 

Las tradicionales carrozas de cartón piedra regresaron por segundo año consecutivo tras una larga ausencia. Realizadas en el taller de José Martínez ‘Carrozas Esteban’, recrearon escenas costumbristas ante el público. Fue este el caso de la carroza de los esparteros, la de Esprefollo y la de La Seda, que celebra su 50 aniversario. 

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Arranque del desfile

El desfile calentó motores con la caravana publicitaria, formada este año por Kia, Estrella de Levante y Primafrio. Agentes de Policía Local, a pie, a caballo y en moto, despejaron la vía para la llegada de las carrozas. La plataforma ‘Murcia 1200 Aniversario’, arrastrada por dos huertanos, se adueñó de la apertura del desfile en este año en que se conmemoran los orígenes de la ciudad. 

Llegó después el momento de las banderas oficiales, los banderines de las peñas federadas, con crespones negros que reflejaron el luto por el Papa Francisco, y la banda del Centro Instructivo Musical de Benimaclet-Valencia (CIM) de Benimaclet, en un guiño de fraternidad a la Comunidad Valenciana con mucho ritmo. 

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‘El Despertar de la Primavera’, el cartel oficial del Bando de este año, obra del polifacético artista murciano Cristóbal Gabarrón, entró en el cortejo tirado por caballos. De forma similar llegó la carroza de la Denominación de Origen, tirada por mulas. 

Las raíces de la huerta llegaron a manos de los espectadores en forma de claveles, repartidos por un vehículo municipal, antes de uno de los momentos clave del desfile: el homenaje a los oficios tradicionales y los bailes de los cabezones gigantes. 

Tradición viva

El ‘pozero’, el lotero, el desgranador de maíz, la tejedora y repartidores de claveles y alcachofas recorrieron las calles en bicicleta y con cestas de mimbre y obsequiaron al público con algún producto tradicional. Les siguieron más carretas de carga tiradas por vacas del terreno y carros tradicionales.  

La gran trilladora centenaria de Los Dolores del siglo XX irrumpió en el desfile precedida del sonido de las castañuelas del primero de los grupos folclóricos que participan en el pasacalles: el de la Virgen de la Vega, de Murcia.

Aplausos y elogios recibieron a las candidatas a Reinas y Reinas infantiles, que desfilaron seguidas de un ventorrillo huertano tirado por caballos y una carroza con semillero y aperos de la huerta tirada por mulas. 

Una lluvia de arroz salpicó a los espectadores con la llegada de la asociación cultural folklórica de Calasparra, aunque no fue el único invitado regional que se sumó a la celebración. También exaltaron las riquezas culturales y musicales tradicionales la cuadrilla de Ánimas del Berro, Alhama de Murcia, la carroza Coro y Rondalla ‘Arabi’ de Yecla y la carroza de la vendimia de Jumilla, que repartió chatos de vino a algunos afortunados.

La exaltación a la tradición continuó con la carroza de los esparteros, los lecheros y el Gremio Regional de Artesanías varias. Una demostración de los bolos huertanos se sucedía en una de las carrozas mientras el grupo folklórico Nuestra Señora de la Esperanza, de la peña ‘La Rana’, del barrio del Progreso, amenizaba el ambiente con con música y refajos que volaron al son de bailes tradicionales.

«¡Qué monos!». El público enloqueció al ver la carroza de ‘La cuadra huertana’. La gente se levantó para coger caramelos y se deshizo en ternura con las gallinas y los cerdos que viajaban en la carroza. 

El público recibió entre aplausos los coprotagonistas del desfile: la Huertana del Año, encarnada este año por María Pina Agudo, periodista y presentadora de informativos, y el Perráneo del Año, quien es, además, el autor del cartel del Bando, el artista murciano Cristóbal Gabarrón. 

«¡Guapas!», gritó la gente cuando aparecieron las protagonistas de este año: Alba Franco, como la Reina de la Huerta, y Alejandra Belmonte, como Reina infantil, junto con sus cortes de honor, representaron a la ciudad en su día grande con incesantes saludos y sus mejores sonrisas. 

La agrupación Musical Guadalupana animó el ambiente antes de la llegada de las carrozas más esperadas: las 21 que viajan con un cargamento de productos huertanos a repartir entre el público. 

Habas, limones, tomates, bocadillos de sobrasada, salchicha, longaniza seca y alguna bebida llegaron a las manos de miles de murcianos y visitantes que saborearon y disfrutaron en primera persona las raíces huertanas de una ciudad que este año celebra el 1.200 aniversario de su fundación.