Semana Santa

Manolas y huertanas lloran al Cristo del Valle de Torreagüera en su cortejo de Viernes Santo

Nazarenos morados, granates, negros, marrones y rojos conviven con la ilusión de los niños por haber recibido los tan demandados caramelos

Santísimo Cristo del Valle.

Santísimo Cristo del Valle. / Raúl Jiménez y Lorca

Raúl Jiménez y Lorca

La actual imagen del Santísimo Cristo del Valle celebraría su 85 aniversario en una espléndida procesión, el Santo Entierro, en Torreaguera. Este Viernes de Pasión no ha pasado inadvertido para los cientos de ciudadanos que se agolparon en los márgenes de las callejuelas de la pedanía que duerme a los pies del Miravete.

El cortejo con rigurosa puntualidad y con olor a incienso, comenzó su deambular bajo acordes de tambores, timbales y cornetas, por el casco antiguo, a las nueve de la noche, encabezado por Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagen de Sánchez Lozano, creada en 1957.

Fue escoltado por el paso portado por niños de San Pedro Arrepentido, obra de García Villalgordo. El momento estrella de la noche estaría por llegar: sería la salida del patrón de Torreaguera, Cristo del Valle, como en aquella primera Semana Santa tras la contienda civil. Restauración realizada en 1940 por Sánchez Lozano, estaría flanqueado este por la Virgen de la Esperanza de Hernández Navarro y un Ángel roto de dolor ante la muerte de Jesús.

Las notas musicales de su himno, magistralmente interpretado por la Agrupación musical Cristo del Valle, otorgaron un momento extra de sentimiento en su incorporación a la procesión, siendo seguido como viene siendo tradicional por numerosas manolas y huertanas de luto, estás últimas componentes de la peña Huertana El Ciazo.

Tras el titular, la comitiva siguió su curso alistandose al recorrido, el Cristo Yacente, imagen de principios del siglo XX y tras el, María Magdalena, talla del recientemente fallecido Fernández Henarejos, cuyo trono es portado íntegramente por mujeres.

El desfile llegaría a su fin con las dos últimas cofradías, San Juan, imagen esculpida por Hernández Navarro y Virgen Dolorosa del imaginero Hurtado Garre, realizada en los años 40 del pasado siglo. La comitiva con sus connotaciones de colores morados, granates, negros, marrones, rojos y la ilusión de los niños por haber recibido los tan demandados caramelos, llegaría a su fin con la solemne bajada del Santísimo Cristo del Valle de su trono y el Cristo Yacente.

Los introdujeron en la iglesia parroquial y continuaron, de esta forma, los actos litúrgicos, propios de nuestra Semana de Pasión y previos a la alegre procesión y escenificación de la resurrección de Jesús, que se celebra el domingo de Pascua.

* Raúl Jiménez y Lorca es cronista de Torreagüera 

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