Producción energética
La Contraparada estrena placas solares flotantes contra la sequía en Murcia
La medida, pionera en el municipio, proporciona a la planta de tratamiento de agua un 37 por ciento de la energía que necesita

Instalación de placas fotovoltaicas en la planta de tratamiento de Aguas de Murcia de La Contraparada. / Juan Carlos Caval
Por primera vez en el municipio de Murcia, las placas solares bajan de los tejados para situarse sobre el agua. Así, la incidencia de los rayos del sol es total y aumenta la energía producida. De hecho, durante varias horas del día, la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de la Contraparada, ubicada junto al río Segura a su paso por la pedanía de Javalí Viejo, podría funcionar de forma autosuficiente. Y es que un 36 por ciento de la energía que necesita la planta se la aportan las 540 placas que, por el momento, se han implementado en las instalaciones gestionadas por Aguas de Murcia.
Las 540 placas se corresponden a la primera fase del proyecto, que culminará con la llegada de otras 186. Entonces, habrá 133 días al año de autosuficiencia, ha explicado Antonio Navarro, concejal de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente, a La Opinión de Murcia, durante su visita a las instalaciones este lunes.
Las placas flotantes son una medida pionera en el municipio, a la que le han echado el ojo otros organismos, como la Mancomunidad de los canales del Taibilla. Estas placas, que se instalan sobre embalses y otros cuerpos de agua, no solo ofrecen un alto potencial de producción energética, sino que también presentan ventajas medioambientales. Por un lado, se ahorra espacio y se previene la tala de árboles y, por el otro, previene la evaporación del agua, un aspecto especialmente relevante si tenemos en cuenta la escasez hídrica que sufren comunidades como la murciana.

El edil Antonio Navarro junto a la balsa de la ETAP de La Contraparada. | JUAN CARLOS CAVAL
En concreto, las placas fotovoltaicas se han instalado sobre la balsa de regulación, una infraestructura que permite almacenar agua bruta (antes de ser tratada en la potabilizadora), con el fin de poder mantener la planta operativa en caso de no disponer de la toma. Así, la balsa ofrece una autonomía de suministro de entre 5 y 9 días.
Una 'isla' en una balsa
Las placas se agrupan en una isla en el centro de la balsa, a la que se accede a través de un pasillo que la rodea por completo, para facilitar el mantenimiento y la limpieza necesarias. La instalación flotante cuenta con seis anclajes a cada uno de sus cuatro lados para sujetarla a los costados de la balsa y evitar que el viento las mueva. Además, se han creado tubos para que los cables lleguen a la caseta de inversores, donde se eleva la tensión antes de que la corriente pase al centro de transformación y, a su vez, a la línea de tensión, que es la que lleva la energía a la planta.
La línea está adaptada a la regulación vigente para evitar daños a la fauna. Las instalaciones no se encuentran en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), pero sí que es un punto de interés por la inmigración de aves. De hecho, se ha instalado un ahuyentador de pájaros para evitar que las aves se posen en las plazas y contaminen el agua.
Beneficios sociales y medioambientales
Las instalaciones fotovoltaicas sobre cuerpos de agua presentan diversas ventajas. La más evidente es un incremento de la producción energética, pues la incidencia de los rayos de sol es total. Pero también destaca su papel como aliado frente a la sequía, al reducir la evaporación del agua. De momento, este efecto no se nota mucho en la ETAP de La Contraparada, pero será más reseñable con la llegada de otras 186 placas en marzo de 2026. Además, estas infraestructuras evitan la tala de árboles y permiten el ahorro de espacio físico, que puede destinarse a otras actividades, desde la construcción de viviendas hasta el mantenimiento de zonas verdes. Asimismo, estas placas presentan otros beneficios, como una limpieza más sencilla y un menor impacto en el medio ambiente.
En esta primera fase, que cuenta con una dotación de medio millón de euros, se han instalado 540 placas que producen 130 mil kilovatios. El proyecto culminará con la llegada de otras 186 placas en marzo de 2026, con las que se alcanzarán los 572 mil kilovatios. La segunda fase, que supone una inversión de 250.000 euros, ya está aprobada en el plan de actuaciones de Aguas de Murcia, en una línea estratégica enmarcada dentro del plan director.
Con el medio millar de placas ya instaladas, se produce un 36 por ciento de la energía que necesita la ETAP de La Contraparada, que pasará a un 37 cuando culmine la segunda fase. Aunque estas no son las únicas instalaciones de Aguas de Murcia que producen energía renovable: un 40 por ciento de la energía necesaria para el funcionamiento de todas sus instalaciones proviene de energías verdes. De hecho, en la sede principal, ubicada en la Plaza Circular, también se han instalado placas solares.
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