Normativa medioambiental

Cinco bares en la cuerda floja: el ocio nocturno en Murcia, en el punto de mira

Urbanismo abre expediente a estos locales por la norma de ruido que limita la actividad en calles de menos de siete metros, que ya ha afectado a 25 pubs

El local Black Tag, en el centro de Murcia, se prepara para su ‘última noche’ abierto tras modificar sus horarios para cumplir con la normativa municipal.

El local Black Tag, en el centro de Murcia, se prepara para su ‘última noche’ abierto tras modificar sus horarios para cumplir con la normativa municipal. / J.L.P.

Judit López Picazo

Judit López Picazo

Los bares del centro de Murcia se rinden, poco a poco, ante la normativa municipal medioambiental de ruidos. El último en ‘renunciar’ a las noches fue el local Black Tag, que anunció a través de sus redes sociales que, tras varias modificaciones, se veía obligado a cerrar sus puertas a medianoche para cumplir con la normativa vigente. 

Un total de 25 establecimientos del centro de Murcia se han visto afectados por el artículo 37.3 de la Ordenanza de Protección del Medio Ambiente contra ruidos y vibraciones, según han informado a esta Redacción desde la Federación Regional de empresarios de Hostelería y Turismo Hoy Tú. Y otros cinco tienen aún el expediente abierto, por lo que podrían estar muy próximos a modificar también sus horarios. 

Aunque la legislación no es para nada novedosa. Tras 25 años de «trampas», el Consistorio está aplicando una norma que ya se recogía en la Ordenanza del año 2000, según ha explicado a La Opinión Pedro Pérez, presidente de la Asociación No Más Ruido de Murcia. La norma que afecta a las calles de menos de 7 metros está vigente desde hace un cuarto de siglo. «Aunque el Ayuntamiento se dedicó durante años a ‘hacerse trampas’ para, mediante interpretaciones extrañas, saltarse la normativa». 

Más tarde, en la Ordenanza de 2014 se redactó la norma de forma que no hubiese lugar a ese tipo de interpretaciones, «aunque el Ayuntamiento no se está dando mucha prisa en aplicarla», ha resaltado el presidente de No Más Ruido. 

La norma es aplicable en todo el municipio, pero, por las características urbanísticas, casi todas las calles de menos de siete metros se ubican en el centro histórico. Asimismo, solo afecta a bares de copas y pubs, no a otro tipo de bares y cafeterías. Desde No Más Ruido han detallado que los vecinos que no viven en el centro histórico también tienen problemas de ruido, pero de forma más puntual y, en especial, con un determinado establecimiento. 

Derechos de los residentes

«La norma no se incluyó en la Ordenanza por capricho, sino para afrontar un gravísimo problema como es el que existe en la llamada ‘zona de las tascas’», ha precisado el presidente de No Más Ruido. Pérez ha detallado que, debido a la cercanía con el campus universitario, en esta zona «se permitió la concentración de decenas de establecimientos, sin licencia, que emiten música aunque carecen de aislamiento adecuado». La situación se agrava en la zona del casco histórico, con edificios antiguos que no disponen de cerramientos adecuados. 

«Aunque pueda existir el derecho al ocio, nunca puede suponer ignorar y masacrar los derechos fundamentales de los vecinos», ha enumerado Pérez. A los problemas de ruido se unen cuestiones como la inseguridad ciudadana. Además, «las calles se convierten en un retrete público, en un basurero donde se vierten consumiciones y se depositan vasos y bolsas», lamentan desde No Más Ruido.

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