Renovarán la plaza de La Opinión para que sea accesible y un icono de la ciudad

La plaza de La Opinión, uno de los principales accesos a Murcia, experimentará una profunda renovación para convertirse en «una carta de presentación de la ciudad, un elemento icónico, uno de los lugares más fotografiados de la ciudad», proponen desde el Gobierno local. 

Para conseguirlo, el concejal de Desarrollo Urbano y Ciudad Inteligente, José Guillén, ha empezado a trabajar en un rediseño de la plaza que «anime a los murcianos a recorrerla, convirtiéndola así en mucho más que un mero elemento de regulación y reordenación del tráfico», explican a esta redacción fuentes municipales.  

La idea de que esta icónica plaza sea transitable por sus cuatro puntos cardinales (al estilo de la plaza Circular) no es nueva. Ya lo propuso en el año 2007 Dennis Oppenheim, el autor del Jardín de cactus, el conjunto escultórico (ajado por el tiempo) que se ubica en esta plaza. De hecho, el artista estadounidense planificó esta obra pensando en que, tal y como se comprometió el Ayuntamiento hace 17 años, el espacio terminaría siendo accesible y peatonal, por lo que los ciudadanos podrían interactuar con estas figuras con elementos móviles. 

El Consistorio murciano apuesta de esta manera por renovar una plaza que se configura como una de las principales puertas de Murcia mediante «una imagen innovadora que rinda homenaje a su historia al tiempo que muestre una ciudad moderna y pujante que merece la pena visitar». Para ello, explican fuentes municipales, «se reconfigurarán los tránsitos peatonales» para animar a murcianos y visitantes a atravesar este espacio, recorrerla y disfrutarla, generando «espacios de estancia que la conviertan en un punto de encuentro». 

Su ubicación estratégica a la entrada de la ciudad y junto a centros atractores como la Escuela Oficial de Idiomas, el Centro Cultural Puertas de Castilla o el IES Miguel de Cervantes, es lo que ha motivado al Ayuntamiento a apostar por este proyecto para «crear un espacio lleno de vida y dinamismo».

De forma paralela, la plaza de La Opinión contará con una nueva imagen acorde a la importancia histórica de un lugar que, ya en el siglo XVIII formaba parte del Camino Real de Castilla, tal y como atestigua el mojón que se conserva en la cercana calle de San Antón, «manteniendo siglos después ese carácter de conexión y punto de encuentro entre la ciudad y el visitante». Teniendo en cuenta el carácter icónico que se le quiere dar a esta plaza, se buscará que el diseño de la misma sea obra de «artistas de primer nivel» a través de un concurso.  

El rediseño de la plaza se suma al plan para embellecer las puertas de acceso a la ciudad, como está previsto hacerse con la gran plaza y el bulevar verde que verán la luz en unos meses en el entorno de la terminal carmelitana.

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Desde el Consistorio destacan que la presentación del Parque Metropolitano esta misma semana permite dibujar un eje en la zona oeste de la ciudad que conectará el espacio ganado a las vías con este parque, enlazando a su vez estos espacios a través del corredor verde con el proyecto de transformación en la zona que actualmente ocupa la estación de San Andrés hasta llegar a la plaza de La Opinión.

De esta forma, «se dará lugar a un eje de transformación en el sur y el oeste de la ciudad que ganará en atractivo, espacios icónicos y, sobre todo, en calidad de vida de los ciudadanos», indican estas fuentes. 

El caso de los cactus

La renovación de la plaza de La Opinión podría implicar la reubicación de las esculturas de cactus que diseñó el prestigioso escultor Dennis Oppenheim. Desde el Ayuntamiento confirman que se está barajando esta idea, pero que la decisión final estará supeditada al beneplácito de los familiares del artista. Si aceptaran, la idea del Consistorio murciano es buscar «un lugar más acorde a una obra de tal entidad». 

Se lograría con ello, explican fuentes municipales, un doble objetivo, ya que se pondría en valor un nuevo espacio gracias a la instalación de este conjunto escultórico, «obra de uno de los principales creadores de arte conceptual del mundo», y se lograría un realce de la obra en una ubicación más conveniente, que permitiría disfrutar de las esculturas y la interacción que generan. 

Con el paso del tiempo uno de los elementos más llamativos del conjunto, los colores que empleó el artista, que falleció en 2011, prácticamente se han perdido. Cabe recordar que Oppeheim jugó en su momento con los colores del entorno: el rojo por la fachada del periódico La Opinión y el azul por los balcones de un bloque de viviendas próximo... Sin embargo, poco queda de ese rojo y ese azul, desteñidos con el paso del tiempo.

También se colocó en esa obra un sistema de iluminación, en desuso, para recrear distintas visiones de las mismas esculturas y generar múltiples perspectivas.