Murcia

Una alcantarilla a cielo abierto en La Paz

Los vecinos de la calle Maestra Pepita Esparza llevan más de dos años soportando los malos olores de una arqueta reventada y de la que no quiere hacerse cargo el Ayuntamiento de Murcia

Arqueta reventada en la plaza de la calle Pepita Esparza.

Arqueta reventada en la plaza de la calle Pepita Esparza. / Javier Martínez

Alejandro Lorente

Alejandro Lorente

Los vecinos de entorno de la calle Maestra Pepita Esparza, en el barrio de La Paz, llevan ya cerca de dos años soportando los malos olores. La situación ha llegado a tal punto que los propietarios de pisos de alquiler de los bloques cercanos están teniendo serios problemas para dar salida a las viviendas y están viendo cómo sus inquilinos, incapaces de soportar por más tiempo el olor nauseabundo, abandonan los pisos en busca de aire fresco.

El origen del problema es una obstrucción en el sistema del alcantarillado, que ha generado que las aguas sucias de los edificios, que discurren por las bajantes, afloren por una arqueta ubicada en una pequeña plaza, que se encuentra en este momento perimetrada. Hace unos años, los vecinos denunciaron que ese espacio era frecuentado por drogadictos y que se había convertido en un foco de prostitución. El Ayuntamiento decidió vallar la plaza y dentro quedó la arqueta que está generando el mal olor.

Según explica el abogado Jesús Ángel López, «tras vallarse la zona, ese sistema de desagüe se atascó y está saliendo toda la suciedad y eso está generando una insalubridad tremenda», explica. Este letrado representa los intereses de uno de los vecinos que tiene en propiedad algunos de los bajos de esta zona, y un par de pisos que tiene dispuestos para el alquiler.

Cuenta el abogado que se dio aviso a Aguas de Murcia para que desatascara, ya que asegura que esa arqueta se encuentra en una zona pública. «Y Aguas de Murcia respondió que no lo puede arreglar porque eso es privado». Jesús Ángel López niega este extremo y advierte que la plaza tiene incluso una placa municipal identificativa. Además, los vecinos han notificado a la Concejalía de Movilidad y Limpieza Viaria lo que está ocurriendo, pero desde el Ayuntamiento solo les derivan a Aguas de Murcia y les recuerda que esa actuación no les corresponde.

Este abogado informa que ante tal situación los vecinos están estudiando la posibilidad de pagar de su bolsillo las actuaciones que sean necesarias y presentar una demanda contra el Consistorio murciano por daños y perjuicios . «En eso estamos, lo hemos intentado por todos los medios, extrajudicialmente, pero el Ayuntamiento no hace caso, sólo el pedáneo de la zona, Rafael Gómez, ha mostrado algo de interés».

Antonio Belmonte, el propietario de los bajos comerciales de esta zona, harto de la indiferencia del Consistorio y de Aguas de Murcia, explica que está dispuesto a pagar la reparación, pero que después denunciará al Ayuntamiento. «Hay que estar aquí para comprender lo que está pasando, el que pasa por esta calle vomita, tú puedes ver las heces de los vecinos encima de las aceras, y cada vez que alguien tira de la cadena ves salir todos los orines, y el agua sucia saliendo; como está cerrado, los desechos líquidos chocan con la valla y caen en la rampa de un parking y van a parar a una rejilla de desagüe, pero la mierda se queda arriba», indica Belmonte.

Desde Aguas de Murcia señalan que ellos mantienen las redes públicas, desde la línea de fachada hasta la calle y que las acometidas de estas viviendas vierten a unas arquetas ubicadas en una plaza, que según el catastro virtual, tiene un carácter privado. Además, «esas arquetas, por debajo del edifico, salen al otro lado, a la calle Málaga, y no podemos atravesar con nuestras mangueras por debajo del edificio porque no sabemos en qué condiciones está ese tubo (...) Nuestro límite de responsabilidad son las arquetas de la vía pública», sentencian estas fuentes.