Intimidados y atemorizados por «toxicómanos que beben, se drogan y amenazan de muerte» a vecinos y visitantes en el centro de Murcia, a usuarios y trabajadores del comedor social de Jesús Abandonado y a empleados y clientes de bares y restaurantes de la zona. Así lo denuncian varios vecinos que viven en los alrededores de la Catedral, que, «cansados y desesperados» por los continuos conflictos que sufren a las puertas de sus viviendas, han decidido interponer en los últimos días diversas denuncias ante la Policía.

«El problema es que tienen mucho ‘mono’. Bajé con mi hija pequeña al portal de mi casa y una de estas personas me exigió que le diese ‘una moneda para el café’. Al negarme y al decir que iba con la cría, empezó a gritar diciendo que a él mi hija ‘le importaba una mierda’. Aparecieron dos agentes de la Policía y un trabajador también de Jesús Abandonado ante el revuelo. Al empleado de la Fundación, un asistente social, también le amenazó con ‘cortarle el cuello a él y a sus hijos’. Es una situación insostenible», relata a La Opinión una de las vecinas afectadas que ha decidido poner una de las denuncias.

Además, lamenta que algunos representantes políticos señalen a los propios vecinos, «diciendo que nosotros somos los ricos y que no aceptamos la realidad. La realidad no es tener a gente drogándose en la puerta, bebiendo, vomitando y amenazándonos de muerte. La realidad es que hay un comedor social en el que la gente va a comer y, estando en la cola, pasa vergüenza contemplando estas situaciones».

Los conflictos se dan en las calles Baraundillo, Eulogio Soriano, San Juan de Dios o la plaza de los Apóstoles

Los conflictos permanentes se dan en zonas como la calle Baraundillo -donde se ubica el comedor social de Jesús Abandonado-, la calle Eulogio Soriano o la calle San Juan de Dios, entre otras. Pero los bares y restaurantes ubicados en la Plaza de los Apóstoles, que a diario sirven en sus terrazas a decenas de clientes, también se ven perjudicados por esta problemática, ya que estos individuos «espantan» a la clientela.

«Los policías no pueden hacer mucho, porque en ocasiones se los llevan, los meten en el calabozo, los jueces hacen juicios rápidos y al día siguiente están otra vez liándola en la calle y acampando en nuestros portales», prosiguen los vecinos.

"No son usuarios del comedor"

«Las tres personas que está implicadas no son usuarios de Jesús Abandonado ni del comedor social», explica a esta Redacción Daniel López, presidente de la Fundación, quien también afirma que se ven perjudicados por los comportamientos y amenazas de estos individuos. Hace unos días, cuenta el presidente de Jesús Abandonado, uno de ellos tuvo un «fuerte conflicto» con un mediador social de Jesús Abandonado.

El trabajador afectado está «de lunes a domingo en el entorno para cuidarlo, y al ver a uno de estas personas se le llamó la atención de que no podía entrar a las instalaciones por sus conductas anteriores. Arremetió contra el trabajador y contra una vecina que iba con su hija», confirma López.

«El problema es que hay un grupo de personas que acuden aquí y a otros sitios de la ciudad buscando donde estar increpando a la gente. Cuando le decimos que no pueden estar aquí, se marchan con insultos, diciéndonos que nos van a rajar y de todo. La mayoría de vecinos entiende que nosotros también lo sufrimos, pero hay otros que nos asocian a todo lo malo que pasa», lamenta el presidente de Jesús Abandonado.

Las denuncias a estas personas por parte de los trabajadores de Jesús Abandonado también son constantes, explica su presidente, quien espera que «la Justicia actúe» y que se les imponga una orden de alejamiento sobre el centro.