Hace aproximadamente 38 años, cuando vine por primera vez a Murcia a estudiar Pedagogía en su Universidad me quedé prendado de esta maravillosa ciudad donde decidí quedarme a vivir. Conociendo su gastronomía, folklore, tradiciones y fiestas. En estos años transcurridos me he adaptado muy bien a sus costumbres y forma de vida, siendo un murciano más e incluso diría un murciano de pro.

Mi primera visita obligada cuando llegué a Murcia, fue su catedral y en esos días coincidí con su patrona, ya que hacía muy pocos días que la habían bajado de su Santuario.

Mi primer encuentro con ella, fue de fascinación y sobre todo de respeto. Me cautivó su bello rostro moreno, su impresionante manto y sobre todo, la emoción y el fervor que despertaba a los murcianos y murcianas, a su paso.

Por tradición familiar vengo de una familia devota a la Virgen del Carmen, y sobre todo, a Santa Florentina, que es la patrona de mi pueblo, La Palma.

Mi niñez y parte de mi juventud, ha estado vinculada a la parroquia de Santa Florentina, desde mi nacimiento. No solo me bautizaron y tomé mi primera comunión en la Iglesia Santa Florentina dela Palma, sino que también, fui catequista de niños y niñas de primera comunión. Y también formé parte de un pre-catecumenado durante varios años para formar comunidad cristiana posteriormente.

Mi mayor acercamiento a la Virgen de la Fuensanta fue en 2018, cuando colaboré dando “Una Puntada por la Paz” al nuevo Manto de la Virgen, organizado por la periodista y amiga Lucia de las Casas. En ese año, empecé a conocer a los Caballeros y a las Damas de la Virgen de la Fuensanta.

Mi fe y devoción a La Virgen de la Fuensanta fue acrecentándose, cada vez más, en el 2020. Este año 2020, que todos recordamos, por el año de la Pandemia. Un 14 de Marzo, día de la Patrona de mi pueblo, Santa Florentina. Fue cuando nos confinaron y se nos paró nuestro mundo. En esa incertidumbre en que nos tocó vivir, mi fe y mi esperanza se fué depositando a la imagen de nuestra Patrona. Ese amor que se iba despertando a la Virgen de la Fuensanta, fue mi alivio y mi consuelo porque el 22 de Julio de 2020 murió mi padre y seis meses después, el 3 de Febrero de 2021, murió mi madre. Mi amor por la Virgen de la Fuensanta y también a mi Cristo del Milagro, me están ayudando a transitar por este duelo.

Como buena madre que es para todos nosotros, no pasa ni un solo día que no me sienta agradecido por los padres que me ha dado.

A nuestra patrona, le debo la creencia que los sueños se cumplen, si apostamos por nosotros mismos y somos perseverantes en nuestra actitud. Fue en este 2021, donde se cumplió un sueño de mi infancia. Soy uno de los actores de reparto del primer largometraje de Chema García Ibarra, ‘Espiritu Sagrado’. Una película multi premiada internacionalmente y considerada como una de las diez mejores películas del cine europeo. Según muchos críticos cinematográficos dicen que quedará como película de culto de nuestro cine más contemporáneo.