La movilidad del municipio está ya viviendo una revolución, no solo por el plan del Ayuntamiento de Murcia que implica la creación de carriles exclusivos para el autobús, de carriles bici o por la implantación de los dos nodos intermodales en la zona del jardín de Floridablanca y La Redonda, sino también porque es inminente la llegada de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
Según advierte la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, antes de que termine 2023, todos los municipios españoles con más de 50.000 habitantes o con más de 20.000 que superen los valores límite establecidos de contaminación, deberán contar con un plan de movilidad sostenible que restrinja la circulación de vehículos contaminantes.
Para prepararse para el cumplimiento de esta norma, la Concejalía de Movilidad Sostenible que dirige Carmen Fructuoso está trabajando a marchas forzadas y ya tiene adjudicado los proyectos que harán posible técnicamente las ZBE.
La Junta de Gobierno aprobó ayer la adjudicación del proyecto de tecnificación de la infraestructura de gestión del tráfico y modernización de los sistemas de medida y control, que será ejecutará la mercantil Murciana de Tráfico por un total de 6,6 millones de euros, en un plazo de 24 meses.
El objetivo de este proyecto es disminuir la congestión de tráfico, dotando de infraestructura tecnológica la futura Zona de Bajas Emisiones. Según fuentes municipales, «se adecuarán las comunicaciones existentes desplegando una red de sensorización para adquisición de datos, tratamiento y toma de decisiones en tiempo real».
849 cámaras
Para ello se instalarán 849 cámaras con su software de analítica de vídeo, 60.000 metros de Fibra Óptica y sensores medioambientales y se sustituirán o actualizarán los 202 reguladores de tráfico existentes.
Además, la Junta de Gobierno también dio luz verde a la adjudicación del ‘Servicio de datos abiertos y nuevas tecnologías para el análisis y optimización de la movilidad’. Este servicio, que supone una inversión de más de 576.000 euros y cuenta con un plazo de ejecución de 24 meses, permitirá desarrollar sistemas, tanto de software como de hardware, para la recepción y análisis de datos en tiempo real y con capacidad para toma de decisiones y envío de información a los usuarios. «Así, se habilitarán sistemas de gestión inteligente de carriles y se podrán crear planes de tráfico específicos según datos medioambientales y otros parámetros», explicaron desde el Ayuntamiento.
Onda verdes
El servicio para optimizar el tráfico del municipio mejorará la velocidad comercial del transporte público, gracias, entre otros recursos, a la prioridad semafórica y al sistema de «ondas verdes», un mecanismo que pretende que los vehículos concatenen el mayor número de intersecciones con los semáforos en verde a la velocidad deseada.
Igualmente se obtendrán datos sobre el transporte urbano y peatones, y vehículos, que serán objeto de tratamiento para la toma de decisiones orientadas a favorecer una movilidad sostenible.
Gracias a estas dos adjudicaciones, que serán una realidad en el año 2024, se modernizará la forma en la que se mide, controla y gestiona el tráfico.
«Se van a mejorar las herramientas de toma de decisiones en el área de movilidad para permitir la reducción de forma más efectiva, de las emisiones contaminantes del tráfico, mediante la optimización de tiempos de recorrido y de fases de intersecciones, y la implementación de preferencias de paso para el transporte público», detallaron desde la Concejalía de Movilidad Sostenible.
Ambas actuaciones están financiadas por la Unión Europea mediante el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia - Fondo Next Generation EU.
También está previsto que pronto empiecen los trabajos para crear una nueva ordenanza que regule la ZBE, algo que ya tienen avanzados otros municipios de la Región como Cartagena, que esta semana sacó a exposición pública el documento normativo.
