Vivir en la calle no es nada fácil, mucho menos con el soporífero calor que se ha colado de lleno en Murcia con la llegada del mes de junio. La importancia de estar bien hidratado y de resguardarse del sol es fundamental para no sufrir posibles golpes de calor.
Ante esta situación, la Fundación Jesús Abandonado ha reforzado su atención con los más desfavorecidos que se encuentran en las calles y ha activado la denominada ‘operación calor’ para atender a todas estas personas sin recursos.
Voluntarios del equipo de calle de la fundación comenzaron a entregar por el centro de la capital botellas de agua fría para todos estos usuarios. Gorras, protector solar, ropa, bocadillos... Todo a su disposición para protegerse de las altas temperaturas en un día como el de ayer, en el que se llegaron a sobrepasar los 33 grados.
«Cuando hay una ola de calor importante atendemos a cualquier persona que esté en la calle. Ahora mismo hay muchas. También les preguntamos si quieren ir al comedor social para que se den una ducha fría. Hacemos todo lo que podemos para que el calor sea lo más llevadero posible», afirma María Fernández, trabajadora social que forma parte del equipo de calle y que se encargó ayer por la mañana de repartir botellas de agua por las calles del centro.
La situación es «más difícil» desde que se cerraron las fuentes de agua potable para beber o refrescarse
Ya por la tarde Ariadna Fernández, integradora social del equipo de calle de Jesús Abandonado, cogía el testigo de María y hacía lo propio con todos los usuarios que pasaban las horas en las inmediaciones de la Catedral de Murcia, así como por las calles Platería y Trapería o la plaza Santo Domingo.
Comedor social abierto para cualquier usuario
Cuando la temperatura sube o baja mucho, desde Jesús Abandonado dejan entrar al comedor social de la calle Baraundillo de Murcia a todo aquel que lo desee para descansar.
«En momentos como los actuales puede entrar cualquier persona que está en la calle y que necesite pasar un rato al fresco con el aire acondicionado. También se les da a todos los que lo precisen zumos, merienda, tienen televisión... Las puertas están abiertas para todo aquel que quiera pasar el día», añade María Fernández.
Asimismo recuerda que para todos los usuarios que forman parte de Jesús Abandonado el centro de día abre «los 365 días del año desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde».
Además, afirman que desde la pandemia del coronavirus la situación es todavía más difícil, ya que la mayoría de fuentes de agua potable se cortaron, por lo que no pueden acceder a beber o a refrescarse.
«Para evitar que se metan en las fuentes públicas, salimos varias veces al día para que nos acompañen y se duchen. Así la Policía no les multa», dice Fernández.
El equipo de calle atiende cada verano a una media de cuarenta personas. Para mejorar la atención a los usuarios, la entidad dispone de una aplicación que detecta e informa de manera fácil y rápida a los usuarios que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
Esta herramienta, desarrollada por la empresa murciana Estudios Integrales de Sistemas Informáticas (EISI), también permite reconocer qué tipo de ayuda necesitan, mejorando la eficacia de esta área.
Por su parte, Daniel López, director de la entidad, recalcó que «el equipo de calle lleva a cabo una labor esencial durante todo el año, pero especialmente durante los meses en los que se registran las temperaturas más extremas: en invierno, estación en la que ponen en marcha la ‘operación frío’, y durante el verano, cuando se activa la ‘operación calor’.
Desde Jesús Abandonado recuerdan que ofrecen «una atención integral a las personas que se encuentran en riesgo de exclusión».
