La Opinión de Murcia

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El asentamiento chabolista de Patiño, "un polvorín" a punto de estallar

El carril del Cebadero ha vuelto a llenarse de decenas de personas, entre ellas menores, que viven en condiciones muy precarias

Último incendio en el asentamiento chabolista de Patiño EFE

El incendio en un asentamiento chabolista en Patiño la semana pasada, que provocó la movilización de tres dotaciones de Bomberos y dos patrullas de Policía Local, ha vuelto a poner el foco en un fenómeno que se ha cronificado en Murcia y en sus pedanías: el chabolismo. En el año 2019 el Ayuntamiento informó que tenía identificados 18 asentamientos chabolistas en el municipio de Murcia con cerca de 200 personas viviendo en ellos, o en infraestructuras abandonadas. Esta Redacción ha tratado de recabar datos más actuales, pero el Ayuntamiento se ha negado a facilitarlos por considerar que se trata de «información confidencial». 

En el caso de Patiño, cabe recordar que ha sufrido el chabolismo desde hace ya décadas. Los últimos desalojos importantes tuvieron lugar en 2017 y 2019 tras una orden judicial en un solar del carril del Cebadero (donde se ubicaba el antiguo club de hípica) y conllevó incluso el derribo de un inmueble abandonado, pero, poco después, los terrenos se fueron poblando de nuevo con decenas de personas de origen búlgaro, con menores escolarizados, que construyen y habitan chozas en condiciones muy precarias.

No es raro que, cada cierto tiempo, surjan fuertes disputas con los vecinos de la zona. A mediados de 2020, en pleno confinamiento, un grupo de vecinos se enfrentó a las familias que viven en las chabolas a cuenta de una rotura de una tubería de agua potable. «Fue una verdadera batalla campal, no te lo puedes imaginar, tuvieron que intervenir cinco patrullas de la Policía Nacional», recuerda el alcalde pedáneo de Patiño, Antonio Jiménez, que señala que ya se han producido varios incendios. «Si nadie hace nada, solo queda esperar que se incendie de nuevo este verano, porque es un polvorín, es un milagro que no haya fallecido nadie; hace dos años los bomberos se jugaron la vida allí; estuve presente y vi cómo las bombonas de butano salían disparadas a 20 metros». 

El incendio de 2020 en las chabolas de Patiño provocó la movilización de una gran dotación de bomberos Juan Carlos Caval

El último intento para el desalojo se hizo hace un año y fue organizado por la Junta Municipal y Cáritas. «Fue doloroso para los búlgaros pero lo aceptaron porque se les ofreció un lugar para vivir en condiciones, pero el propietario de los terrenos, Profusa, no cumplió con su parte, que consistía en hacerse cargo de la parcela, controlarla, y poco a poco, tras unos meses, volvieron al asentamiento». 

La solución, para el pedáneo de Patiño, es que «esas personas tengan una vivienda digna y que por parte del Ayuntamiento o alguna otra administración ofrezcan una solución definitiva». Además, sostiene Jiménez, esos terrenos tienen que estar controlados por parte de Profusa, de tal manera que no pueda volver a repoblarse. «Creo yo que disponen de recursos suficientes para hacerlo». 

Cada vez más chabolas en El Puntal

En el entorno del Molino de Alfatego de la pendanía murciana de El Puntal, en un paraje salpicado de pequeñas huertas, muchas de ellas abandonadas, se ubica otra concentración de chabolas. Los vecinos de esta zona de El Puntal han denunciado en reiteradas ocasiones la situación ante el Ayuntamiento de Murcia y aseguran que los chabolistas van acompañados por varios perros sueltos y violentos que les tienen atemorizados. Desde el Consistorio murciano explicaron en su momento que la Policía Local está al tanto de lo que ocurre que, en este caso, hay abierto un expediente para instar a las personas asentadas a tomar medidas, «y si no lo hacen, tendrá que actuar el Ayuntamiento de forma subsidiaria», indicaron fuentes municipales. A pesar de todo, no consta que el Consistorio haya actuado y el asentamiento es, según los vecinos, cada vez más grande. 

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