La Opinión de Murcia

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Fiestas de Primavera

La llegada de la Sardina empapa a Murcia en la explosión del oráculo de la alegría

El festejo vuelve a su origen, en la rebotica de San Antolín, para arribar, eterna y poderosa, a una ciudad que la espera con ansia y devoción | Decenas de personas toman Belluga, de donde parte el desfile

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Velatorio de la Sardina Juan Carlos Caval

Dijo Jorge Luis Borges que «la belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica»; este jueves, la belleza desfiló por las calles de la ciudad de Murcia. El misterio hermoso se convirtió en comitiva, en maravilloso cortejo sardinero, como dice la canción, para celebrar lo que ya tocaba celebrar: la alegría, la buena nueva, los fuegos artificiales. Mientras el Catafalco aguarda en Martínez Tornel, las luces cuelgan del cuello de murcianos y visitantes y relucen en el corazón de quienes lo viven y saben que es inefable. La Sardina llega y lo hace regresando a su origen, el que tiene olores de rebotica en la calle Sagasta, en el barrio de San Antolín.

Vuelve y lo hace con un pasacalles de los de toda la vida, de los de antes del coronavirus, de los que emocionan al respetable, aunque no pueda explicarse el motivo. La llegada de la Sardina es poesía, porque «el sentido de la poesía no consiste en deslumbrarnos con una idea sorprendente, sino en hacer que un instante del ser sea inolvidable y digno de una nostalgia insoportable», Milan Kundera dixit. También enunció el escritor que «la felicidad es el ansia de repetir». Y ansia viva es lo que atesoran en el pecho los sardineros, y los devotos de la Sardina, que desde 2019 no veían en Murcia un espectáculo semejante, y qué espectáculo.

Llegada del desfile al Ayuntamiento de Murcia. L.O.

Lo de la Sardina es una procesión pagana, la puesta en escena de un oráculo, que es la respuesta de los dioses a las cuestiones que les plantean los humanos. En el Entierro, y los actos previos al mismo, quienes hablan son las deidades griegas y romanas que no se olvidan de los hombres, aunque algunos hombres se olviden de ellas. De Palas Atenea, diosa de la Sabiduría; de Diana, deidad de la caza y los animales salvajes; de Morfeo, divinidad del Sueño y, sobre todo y sobre todos, de Momo, dios del sarcasmo, que conjuró a la alegría para hacerla explotar, con olor a pólvora, por el centro de Murcia. Precisamente sardineros de Momo tienen previsto desplazarse este viernes al Virgen de la Arrixaca, a llevar juguetes e ilusión a los niños que están ahí hospitalizados. 

Llegada del desfile al Ayuntamiento de Murcia. L.O.

El jolgorio, perenne en Pérez Casas, tomó primero la plaza de San Antolín, al son de Resistiré y Libertad, y después Belluga, desde donde partió el cortejo. Este jueves, junto a la Sardina, desfilaron por Murcia romanas, comparsas de Carnaval y hasta el mismísimo Neptuno, tritones incluidos. Este sábado, las deidades tendrán su trono, en forma de carroza de cartón piedra, pero ya tienen a sus súbditos desplegados por toda la ciudad, con vistosos trajes de colores, enamorados de la generosidad de la que hacen gala, entregados al Olimpo al que honran y que los bendice, felices de repartir felicidad. 

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