La gran fiesta del ensalzamiento de las raíces huertanas ha vuelto a Murcia. Las calles de la ciudad han congregado de nuevo a miles de personas que han disfrutado y han sido partícipes del Desfile del Bando de la Huerta por las calles de la capital del Segura.
Tres años han tenido que esperar murcianos y visitantes para poder contemplar de nuevo el tradicional desfile, en el que casi todo era 'nuevo' para organizadores y espectadores: las carrozas renovadas presentaban nuevos elementos.
Unas ochenta carrozas con motivos y elementos huertanos y grupos folclóricos partían desde la iglesia del Carmen en dirección a Gran Vía hasta su llegada a la Plaza Juan XXIII.
A su inicio en la Plaza González Conde los primeros aplausos resonaban con fuerza entre unos peculiares 'cabezones' ataviados con su indumentaria huertana. Todas las carrozas esperaban su turno a lo largo del Paseo Marqués de Corvera hasta doblar la esquina con la Alameda de Capuchinos.
Detrás de ellos iba una legión de algunos de los productos más representativos de la huerta: coliflores, limones y tomates 'andantes'.
Las distintas peñas y grupos de coros y danzas comenzaban a tomar las calles: El Tablacho, El Limonar, Palmera-Melón, El Trillo, El Corrental, El Candil, La Menta, Peña Artesana de Algezares...
Los representantes de todas y cada una de ellas mostraban sus mejores galas en un día, sin duda, especial con la música instrumental del 'Canto a Murcia'.
La temperatura acompañaba en la ciudad. Parecía que la Primavera estaba esperando a que Murcia celebrase uno de sus días más grandes para hacer acto de presencia como ella solo sabe: con sol y más de veinte grados por las calles de la capital.
Además, este año la Federación de Peñas Huertanas de la Región de Murcia celebra su 40° aniversario, hecho que mostraban a los espectadores con un majestuoso carro adornado con flores y del que tiraban cuatro caballos.
Al ritmo de los tambores y de la banda de música, que interpretaba el 'Que viva España' de Manolo Escobar, el desfile iba tomando fuerza. Una gran carroza con un gran gusano de seda y su capullo despertaba el asombro de los presentes.
A lo largo del barrio del Carmen también resonaban las castañuelas de los miembros de los grupos de coros y danzas, que deleitaban a los asistentes con los bailes folclóricos murcianos. Guitarras, bandurrias, castañuelas ponían la música por calle Princesa en dirección a Gran Vía.
A su paso por el Puente de los Peligros, muchos de los huertanos más devotos se giraban y con la mirada daban las gracias a la Virgen de los Peligros por ayudar a que está gran fiesta de la exaltación huertana se haya podido celebrar de nuevo. Los oficios artesanos y tareas más representativas, como las cestas de esparto, también adornaban los distintos vehículos y tractores.
Recitales troveros en panocho, enormes pinturas de la Catedral de Murcia, recreaciones de las antiguas casas murcianas de la huerta y unas grandes esparteñas sobre las carrozas... La auténtica 'murcianía' latía con fuerza bajo los gritos de 'Viva el Bando de la Huerta' o 'Viva Murcia'.
Miles de brazos en alto a ambos lados de la Gran Vía pedían a los 'tripulantes' de las carrozas que lanzasen los productos más típicos de la huerta murciana: pan de leña, tomates, habas, guisantes y longanizas, morcillas o salchicha seca como productos estrella y 'el agua de Murcia', los botes de Estrella de Levante, o el vino de la tierra como líquido más preciado.
Burros, grandes reses, ponis pequeños también formaban parte del cortejo tirando de las carrozas más pequeñas. La Cuadra Murciana también despertaba la admiración de los más pequeños, ya que a bordo de la carroza viajaban conejos, ovejas y hasta chatos murcianos.
La peña El Esprefollo, con más de una docena de voces e instrumentos en su carroza, arrancaba las palmas y los bailes entre los asistentes.
También las mujeres que componían la carroza Las Bolilleras de Murcia realizaban sus tareas de encaje de bolillos mientras circulaban por una de las principales arterias de la ciudad.
La carroza de Proexport llevaba a cuestas una gran cesta con los productos que se plantan en la tierra: brócolis, pimientos, calabazas, coliflores... La Peña El Pimentón, por su parte, repartía decenas de ñoras por las calles. Tampoco faltaba a la cita la peña que repartía el arroz bomba DOP de Calasparra ni la representación de la 50 Semana Internacional de la Huerta y el Mar de Los Alcázares.
La Ferretería San Antón, fiel a la tradición, obsequiaba a los presentes con buñuelos. Ya casi al final del Desfile iban las dos Reinas de la Huerta mayor e infantil, María Dolores Irles y Ángela Moreno, respectivamente, quienes recibían los piropos de todos los murcianos. Tras ellas, decenas de carrozas no daban un respiro a los asistentes y tiraban todo lo que tenían. El Rincón del Pepico de la María (una de las carrozas más grandes) Peña La Hijuela, Peña El Jazmín, La Morenica, El Refajo, Los Antoneros, La Pollera o El Panizo obsequiaban con lo mejor de la huerta murciana a los asistentes.
