Las obras que se han llevado a cabo en la plaza de la iglesia de La Purísima-Barriomar «han impedido en varias ocasiones que el camión de Cáritas pueda acceder a descargar ropa y alimentos, perjudicando a muchas personas necesitadas del barrio que acuden cada semana a recibir ayuda». Así lo denuncia el párroco de Barriomar, Rafael Morales, quien afirma que «el pedáneo no atiende a razones y por más propuestas que le hacemos dice que no puede haber un acceso, como había antes de que se hiciera el bordillo».

Morales explica que con la obra que se ha llevado a cabo en la plaza «se ha eliminado el acceso a Cáritas, pero sí mantienen al otro lado el acceso que pago a mi vado», lo que considera «una contradicción».

El camión de Cáritas visita el local de La Purísima-Barriomar una o dos veces por semana y el párroco dice que con esta decisión se impide que se pueda seguir desarrollando la labor que presta con normalidad y explica que el pedáneo, Juan José Guillamón, justifica el diseño de la reforma «diciendo que el arquitecto se ha negado a hacer un acceso». Y «nos dice que podemos descargar todo a pulso».

Preguntado por este problema, el pedáneo de Barriomar afirma que le ha dado una solución al párroco. «Le he dicho que el camión puede entrar cruzando la plaza, al igual que entra con su vehículo al vado, pero no podemos quitar valla porque es una zona de mucho tráfico de vehículos y supone un peligro», por lo que Guillamón le quita importancia al asunto afirmando que «está todo solucionado».

Sin embargo, el párroco insiste y explica a LA OPINIÓN que «desde que está este pedáneo hay muchas quejas vecinales, es una persona que no pisa la calle ni conoce la realidad del barrio». Rafael Morales también critica la obra que se ha hecho para reformar la plaza y dice que «esos 80.000 euros se podían invertir en algo más necesario».

El director de Cáritas Barriomar, José Ignacio Galera, dice no entender por qué les han bloqueado la entrada y no puede pasar el camión como siempre lo ha hecho y afirma que de esta forma el pedáneo «entorpece una labor con la que ayudamos a más de 300 familias del barrio».