Una vecina de Murcia ha puesto en manos del Defensor del Pueblo lo que considera un «expolio» en el inmueble protegido ‘El Acorazado’ de la Plaza de Santo Domingo, en Murcia.

En su escrito, denuncia que las obras en la cubierta del edificio contiguo provocaron la obstrucción de la ventilación estructural del inmueble. Más tarde, el pasado mes de agosto, se produjo la caída de una catarata de agua que provocó una inundación, «afectando las aguas y la humedad a paredes, suelos y muros de cerramiento». Unos daños que se agravaron precisamente por la falta de ventilación.

La denunciante, propietaria del edificio protegido por el Plan Especial de Protección del Casco Histórico-Artístico, añade que la intervención urbanística «se ha venido ejecutando durante casi dos años sin la previa ni preceptiva licencia municipal ni autorización de la Dirección General de Bienes Culturales». Asimismo, denuncia que en marzo de 2019 se levantó un parte de infracciones observadas sobre el terreno por los Servicios de Inspección Municipal sin que eso conllevase la pertinente paralización de las obras. También acusa al promotor de haber obtenido, en enero de 2020, una licencia que no le autorizaba a ampliar la superficie habitable de su vivienda, «ni mucho menos para condenar la ventilación estructural del inmueble catalogado». Esta licencia, según reza en la carta al Defensor del Pueblo, «autoriza únicamente para instalar una escalera y barandilla».

Escritos sin respuesta

La interesada ha dirigido ocho escritos a la Concejalía de Urbanismo y de Cultura del Ayuntamiento de Murcia y a la Consejería de Cultura comunicando el «grave perjuicio» para la conservación del edificio y solicitando la adopción de medidas preceptivas de restauración de la legalidad, sin recibir contestación alguna, informa.

Un inmueble  con una cantidad inusual de acero

El nombre de ‘El Acorazado’ proviene de la gran cantidad de acero utilizado en su construcción, inusual para la época (1935). 

Ideado por el arquitecto José Luis de León y Díaz-Capilla, este inmueble es representativo del Movimiento Moderno de Murcia y está inscrito en el Catálogo del Patrimonio Cultural de la Región, así como en el registro de la Fundación Docomomo Ibério-Internacional como mejor arquitectura de uso residencial producida en España y Portugal entre 1925 y 1965

En la Plaza Santo Domingo es el único edificio catalogado, junto al edificio Cerdá.