Las ultimas excavaciones en el yacimiento de San Esteban han vuelto a aportar nuevos datos para conocer a la población que vivía en el arrabal de la Arrixaca en la Murcia de los siglos XII-XIII. Las muestras cerámicas y de vidrio analizadas en los últimos meses en el laboratorio de la Universidad de Murcia por los especialistas liderados por el director del proyecto, Jorge Eiroa, han permitido saber que estos habitantes demandaban productos exclusivos que venían de mercados internacionales, por lo que el comercio no se limitaba únicamente al ámbito local y nacional sino que iba un paso más allá.

En las zonas de trabajo han aparecido restos de vidrio de Palestina, material que ha sido analizado por la investigadora Almudena Velo, encargada del estudio del vidrio antiguo y medieval.

«Hemos encontrado restos representativos de producciones locales, pero también hay vidrio del Mediterráneo oriental, vidrio rojo opaco típico de Palestina, lo que nos dice que esta población tenía acceso al mercado internacional», indica Eiroa.

Esto muestra el gran salto que dio la ciudad de Murcia en el siglo XII sobre el control de los territorios y su presencia en mercados extranjeros.

Los descubrimientos en el arrabal de la Arrixaca centran cuatro sesiones en el encuentro europeo de expertos

Los últimos descubrimientos en el arrabal de la Arrixaca de Murcia se han presentado esta semana en el Congreso Europeo de Arqueología, una de las citas anuales del sector con más prestigio.

En este encuentro, el equipo de Jorge Eiroa ha participado en cuatro sesiones, en las que se han dado a conocer los estudios sobre el vidrio encontrado en el yacimiento de San Esteban, de la mano de Almudena Velo; el papel que jugó la mujer en el funduq fue expuesto por la investigadora Alicia Hernández; también se abordó la dendroproveniencia o estudio del origen de las maderas que fueron usadas para la construcción o combustión; y un cuarto abordó la arqueobiología de los huesos encontrados en la maqbara (cementerio).

Velo, que presentó los descubrimientos sobre vidrio el viernes por la tarde en el Congreso Europeo de Arqueología, explica a LAOPINIÓN que en las últimas excavaciones apareció vidrio del ámbito doméstico y funerario, así como restos de elementos de iluminación de un edificio cercano a la maqbara.

Materiales con características propias del periodo andalusí

El arrabal de la Arrixaca tiene una cronología comprendida entre los siglos XI y XIII, por lo que los restos presentan características propias del periodo andalusí. Entre ellos hay materiales constructivos como piedras trabajadas, ladrillos, tejas, pavimentos de mortero o restos de revoco; también hay fragmentos cerámicos así como restos vítreos que suelen estar en un mal estado de conservación pero que, pese a su fragilidad, sorprendentemente abundan en San Esteban. Los arqueólogos también han localizado metales, principalmente de hierro y bronce, como clavos, alfileres, broches y monedas, así como restos óseos de fauna, huesos humanos de los individuos de la maqbara y restos de antracología (carbones y maderas) y carpología (semillas y frutos).

Los restos son principalmente de vidrio local elaborado en zonas cercanas al arrabal y entre ellos se han hallado trozos de una jarra blanca de vidrio opaco que originalmente estaba policromada. «Ha habido hallazgos similares en el yacimiento de Siyasa» de Cieza, apunta la investigadora.

En este espacio también han aparecido pequeños fragmentos de piezas orientales de vidrio rojo opaco de la costa sirio-palestina, «lo que nos indica que la sociedad de Murcia de los siglos XII-XIII demandaba productos exclusivos».

Otro de los fragmentos que han aparecido cuenta con una lámina de oro en el fondo, «lo que nos da a entender que eran piezas muy exclusivas también de oriente» las que usaban en su día a día los murcianos del siglo XII.

Almudena Velo señala que el vidrio es un material que no se conserva bien, de ahí que no suela aparecer mucho en las excavaciones. Además, «en esta época el vidrio se reciclaba y los fragmentos rotos se fundían para hacer otras piezas», lo que da una idea del avance de esta sociedad.

Las piezas que han ido apareciendo, tanto de cerámica como de vidrio, presentan diferentes estados de conservación. De ahí que los investigadores tengan que hacer posteriormente un gran trabajo de laboratorio para la recomposición de los objetos.

Velo apunta que ha aparecido también un vaso del que se conserva bastante material para poder restaurarlo, pero para ello hay que hacer un registro exhaustivo de cada uno de los elementos que se encuentran. Una vez restaurado todo se deposita en el Museo Arqueológico de Murcia.

La excavación se retomará el próximo año

El yacimiento de San Esteban se encuentra vacío desde la pandemia del coronavirus, que obligó a dejar el trabajo de campo y cambiar las botas, palas y pinceles por la bata blanca de laboratorio para clasificar y estudiar todo lo extraído hasta ese momento en la segunda campaña.

Ahora, un año y medio después, se vuelve a retomar el contacto entre el Ayuntamiento de Murcia y el equipo de arqueólogos de la Universidad de Murcia (UMU) liderados por Jorge Eiroa. El nuevo equipo de Gobierno se ha puesto en contacto con Eiroa para plantear el nuevo convenio. El objetivo es que la próxima campaña de trabajo se centre en las zonas en las que se asentarán los pilares del edificio del futuro museo, por lo que los arqueólogos deberán hacer los sondeos y extraer todo el material que haya en el subsuelo antes de que arranquen las obras de la cubierta.

Almudena Velo clasifica en el laboratorio de la UMU los restos encontrados en el arrabal. UMU

Jorge Eiroa explica que están a la espera de que los arquitectos les comuniquen los puntos en los que deben trabajar y así poder elaborar el nuevo convenio. El director de la excavación confía en que puedan volver al terreno a principios del próximo año 2022 y considera «fundamental» que se comience a trabajar en la cubierta, ya que «permitirá proteger los restos» y así seguir excavando sin temor a que se deterioren.