Rubén Jara Rubio es el jefe de la UCI del Hospital Virgen de la Arrixaca, encargado este año de pronunciar el pregón de la Feria de Murcia en representación de todos los sanitarios.
Jara Rubio comenzó el pregón guardando silencio en recuerdo a los fallecidos durante la pandemia. A continuación anunció que estaría dividido en dos partes: la primera, dedicada a la evolución histórica de la medicina y las epidemias en Murcia; la segunda, más centrada en la Feria y en la ciudad.
En la primera parte del pregón, Jara Rubio repasó sucintamente el inicio de la medicina en Murcia durante la orientalización científica en torno al siglo X, así como las epidemias que la ciudad ha sufrido a lo largo de su historia: peste negra, lepra, cólera, poliomielitis... Antes de hablar de la covid, se refirió a la creación del Hospital Reina Sofía, el más antiguo de la ciudad, cuyo origen se remonta a la concesión del Alcázar Nassir de Alfonso X el Sabio a los Templarios hacia 1278.
Sobre la pandemia de covid-19, Rubén Jara afirmó que «fueron días grises», aunque se mostró agradecido por que no se produjera el colapso hospitalario que se preveía, si bien «el personal sanitario ha padecido la sobrecarga de trabajo, el estrés y el dolor al ver a muchas personas fallecer». Jara Rubio recordó que el síndrome del quemado en el trabajo es una amenaza para el sistema sanitario y que «es preciso cuidar a los profesionales para que ellos puedan cuidar a los pacientes».
En la segunda parte del pregón, Jara Rubio habló de la historia de la ciudad y de la Feria —que se celebra desde 1266, «gracias al Privilegio otorgado por Alfonso X para una feria anual de 15 días»— para acabar refiriéndose a los recuerdos de su infancia en Murcia —por ejemplo, cuando acompañaba a su padre «en visitas médicas por casas de la huerta, por caminos sin asfaltar, rodeadas de huertos»— y en su Feria —«que huele a galán de noche y a jazminero, a manzanas de caramelo, a algodón de azúcar, a frutas en almíbar, a colonia y a cigarro puro»— en un tono cargado de nostalgia.
